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martes, 14 de enero de 2014
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La mutación genética del color de piel más habitual en los países mediterráneos incrementa la predisposición al cáncer de piel
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Mujer salta de un puente para escapar de la policía
Vía Curiosidades
Los pobres están sexualmente menos satisfechos
O lo que es lo mismo, las personas, especialmente las mujeres, con un nivel socioeconómico alto afirman tener mejor sexo. Así lo han puesto de manifiesto investigadores de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) tras analizar la Encuesta Nacional de Salud Sexual de España realizada en 2009.
Vía Muy Interesante
Christopher Field Premio Fronteras del Conocimiento de Cambio Climático
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Oso roba bote de basura!
Vía Curiosidades
Vea el momento en que un elefante arremete contra un auto de turistas en Sudáfrica
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Un zoo prohibe alimentar a sus monos con plátanos
Vía BBCMundo.com | Curiosidades
El aumento de muertes por enfermedades respiratorias se relaciona con el ruido del tráfico
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Descubren el porqué de la forma de los cromosomas
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Visualizan cómo se genera la ateroesclerosis a gran resolución
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Europa financia los proyectos de 20 investigadores de alto nivel en España
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Sensores para proteger de ‘ataques’ a los dispositivos electrónicos
Fuente: Noticias
[Vídeo] Molinos de viento para recargar nuestro smartphone y otros gadgets
Imaginad que sean unos molinos de viento los que recarguen las baterías de vuestros gadgets o vuestro teléfono móvil. No, no serían molinos de viento enormes, ni tampoco los que veía el Quijote, que se transfiguran en otras fuentes de energía. En realiad se tratan de molinos diminutos, de apenas 1,8 milímetros de grosor. Su tamaño es tan pequeño que se podrían colocar una decena de ellos en el interior de un simple grano de arroz.
Han sido desarrollados por investigadores de la Universidad de Texas en Arlington, fabricados con una aleación de níquel duradera y a la vez flexible. Smitha Rao y J. C. Chiao, los dos ingenieros que han creado los primeros prototipos, aseguran que si se situasen cientos de estos molinilos en la carcasa de un teléfono móvil y, a continuación, se pusiese el terminal cerca de un ventilador, se podrían generar pequeñas cantidades de energía y recargar parcialmente su batería.
Vía | Abadía Digital
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La noticia [Vídeo] Molinos de viento para recargar nuestro smartphone y otros gadgets fue publicada originalmente en Xatakaciencia por Sergio Parra.
Vía Xatakaciencia
Muertes indignas de científicos
Hay científicos que han muerto probando sus experimentos en sí mismos; otros lo han hecho tras un empacho al celebrar algún hallazgo; otros murieron por su exceso de confianza; otros por pura mala suerte.
Sea como fuere, a continuación os mostramos algunos casos de científicos que murieron de forma, digamos, indigna, impropia, poco heroica. De una forma que posiblemente los interfectos habrían preferido que no se aireara en un artículo como éste. Al estilo Humayun, el emperador indio al que se le enredó la túnica en el pie, cayó por las escaleras de su templo y se partió la crisma.
Empédocles se quemó
Al menos la leyenda nos cuenta que Empédocles (490-430 a. JC), el filósofo griego, saltó en secreto a un volcán en busca de preguntas acuciantes sobre su funcionamiento interno. El problema es que desapareció sin dejar rastro.
Celebrándolo hasta reventar
El filósofo y médico francés Julien Ofray de la Mettrie (1709-1751) estaba muy contento y ufano por haber curado a un paciente. Tanto que, en la fiesta que el propio paciente había celebrado en su honor, el médico murió por comer demasiado paté de trufa.
Transfusión de malaria y otras enfermedades
Alexander Bogdanov (1873-1928) fue un físico ruso que murió tras realizarse una autotransfusión de sangre… infectada de malaria y tuberculosis. Al mismo estilo cafre que Nicholas Chervin, de Gibraltar, que en el siglo XIX comió el “vómito negro y sanguinolento” de víctimas de la fiebre amarilla para dejar paladina constancia de que la enfermedad no se transmitía mediante contacto humano. Y el cirujano del siglo XVIII John Hunter, se infectó con “material venéreo” para comprobar si la sífilis y la gonorrea son la misma enfermedad.
Y En 1900, en Estados Unidos, durante el estudio de la transmisión de la fiebre amarilla en Cuba, el doctor William Lazear dejó que mosquitos infectados le picaran sin comunicarlo. Murió con 34 años y, posteriormente, su investigación fue reconocida como incalculablemente valiosa para el tratamiento de la enfermedad.
El abrigo paracaídas
Franz Reichelt (1879-1912), además de sastre, había hecho sus pinitos como inventor. Tanto es así que mezcló sus pasiones en un mismo objeto: un abrigo paracaídas. Lo probó él mismo saltando desde el primer piso de la Torre Eiffel, y ya nunca más lo contó.
Sadomasoquismo científico
El siguiente científico, finalmente, no murió, pero habida cuenta de todo lo que “sufrió”, podría haberlo hecho. A finales del siglo XIX, el doctor Hildebrandt puso a prueba la eficacia de la anestesia espinal permitiendo que su colega le sometiera a diversos actos de sadismo muy gráfico, tal y como explicita Ian Crafton en Historia de la ciencia sin los trozos aburridos:
permitiendo que lo quemara, le acuchillara el muslo, le oprimiera los testículos y le golpeara las espinillas con un martillo; de este modo demostró sin lugar a dudas que no podía sentir nada de cintura para abajo.
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Vía Xatakaciencia
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