domingo, 22 de octubre de 2017

Ya se han logrado revertir lesiones cardiacas graves en ratones: los humanos son el siguiente paso

A través de un experimento llevado a cabo con ratones de laboratorio, un grupo de investigadores del Instituto del Corazón de Texas (Estados Unidos) han descubierto que el corazón de los ratones puede regenerse por completo, hasta el punto de revertir lesiones graves en solo seis semanas.

¿Cómo conseguirlo?

Para logar este efecto, que ha sido publicado en la revista Nature, los investigadores silenciaron la actividad de la Hippo, una vía de señalización o comunicación que existe en el interior de las células del corazón y que impide la proliferación y regeneración de los cardiomicitos (células del músculo cardiaco capaces de contraerse de forma espontánea e individual).

La Hippo previene la proliferación y regeneración de las células del músculo cardiaco adulto, lo que podría extrapolarse en humanos y así no depender de la escasa disposición de corazones para trasplantes en casos críticos. Y es que la Hippo tiene una doble función: induce a las células musculares del corazón a proliferar y sobrevivir en el corazón lesionado y también se altera la aparición de fibrosis.

En nuestro país fallecen más de 117.000 personas al año por este tipo de dolencias, según datos de la Fundación Española del Corazón (FEC), así que esta clase de avances resultan muy prometedores para combatir este número pujante de fallecimientos.

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La noticia Ya se han logrado revertir lesiones cardiacas graves en ratones: los humanos son el siguiente paso fue publicada originalmente en Xataka Ciencia por Sergio Parra .



Vía Xataka Ciencia

Se ha encontrado una nueva forma de vida que se alimenta de electrones

Electricity 705670 960 720 Unos científicos ha descubierto cómo los microbios pueden absorber la energía de las rocas. Tales formas de vida podrían estar más extendidas de lo que nadie hubiera creído anteriormente.

Concretamente, han sido el biofísico Moh El-Naggar y su alumna Yamini Jangir, que se sumergieron en el Black Hills de Dakota del Sur, una antigua mina de oro que ahora es más famosa como hogar de un detector de materia oscura.

Comedores de electricidad

Los dos investigadores estaban buscando una tubería de metal oxidado. Desviaron parte del agua de la antigua tubería, la dirigieron a un recipiente e insertaron en él diversos electrodos. Esperaban que la corriente atrajera a su presa, un microbio poco estudiado que puede vivir de la electricidad.

Los microbios que consumen electricidad que los investigadores estaban buscando pertenecen a una clase más grande de organismos que los científicos apenas están empezándose a comprender. Habitan en mundos en gran parte inexplorados: las calderas burbujeantes de los respiraderos del mar profundo; vetas ricas en minerales en las profundidades de la superficie del planeta; sedimentos oceánicos solo unos centímetros por debajo del lecho marino profundo.

El equipo de El-Naggar aún está analizando los datos de su mina de oro, pero señala que esta clase de microbios son mucho más comunes de lo que creemos. No lo sabíamos porque no son fáciles de encontrar, ni de transportar a un laboratorio.

A medida que crece el número de consumidores de electrones, los científicos comienzan a descubrir cómo funcionan. ¿Cómo un microbio consume electrones de una pieza de metal o los deposita de nuevo en el medio ambiente cuando termina con ellos? Se sugiere que algunos consumidores de metal transportan electrones directamente a través de sus membranas, una hazaña que antes se creía imposible.

Aunque comer electricidad parece extraño, el flujo de corriente es fundamental para la vida. Todos los organismos requieren una fuente de electrones para producir y almacenar energía. También deben poder arrojar electrones una vez que se haya terminado su trabajo. Los humanos y muchos otros organismos obtienen electrones de los alimentos y los expulsan con la respiración. Los microbios que El-Naggar y otros están tratando de cultivar pertenecen a un grupo llamado lithoautotrophs, o comedores de rocas, que obtienen energía de sustancias inorgánicas como hierro, azufre o manganeso. En las condiciones adecuadas, pueden sobrevivir únicamente con electricidad.

La aparente capacidad de los microbios de ingerir electrones, conocida como transferencia directa de electrones, es particularmente intrigante porque parece desafiar las reglas básicas de la biofísica. Las membranas grasas que encierran las células actúan como un aislante, creando una zona eléctricamente neutra que antes se creía imposible que un electrón cruzara. "Nadie quería creer que una bacteria tomaría un electrón del interior de la célula y lo trasladaría al exterior", ha señalado Kenneth Nealson, geobiólogo de la Universidad del Sur de California, en una conferencia a la Society for Applied Microbiology en Londres.

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La aparición de la vida

Solo una pequeña fracción (tal vez el 2 por ciento) de todos los microorganismos del planeta se puede cultivar en el laboratorio. Los científicos esperan que estos nuevos enfoques, el desarrollo de microbios en los electrodos en lugar de en los sistemas de cultivo tradicionales, proporcionen una forma de estudiar muchos de los microbios que hasta ahora han sido imposibles de cultivar.

Al igual que los pescadores utilizan diferentes señuelos para atraer a diferentes peces, ahora se establecen los electrodos a diferentes voltajes para extraer una rica diversidad de microbios. Pero El-Naggar enfatiza que el campo todavía está en su infancia, comparando el estado actual con los primeros días de la neurociencia, cuando los investigadores pincharon ranas con electrodos para hacer que sus músculos se contrajeran.

parece que los científicos solo han arañado la superficie de la diversidad microbiana que crece debajo del exterior superficial del planeta. Los resultados podrían dar pistas sobre los orígenes de la vida en la Tierra y más allá. Una teoría para el surgimiento de la vida sugiere que se originó en superficies minerales, que podrían haber concentrado moléculas biológicas y reacciones catalizadas. Una nueva investigación podría llenar uno de los vacíos de la teoría: un mecanismo para transportar electrones desde las superficies minerales hacia las células.

Por si fuera poco, los comedores de metal bajo la superficie pueden proporcionar nuevas hipótesis para la vida en otros mundos, donde los microbios alienígenas podrían estar ocultos bajo el exterior superficial del planeta. No en vano, el experimento de El-Naggar, está siendo financiado por el Instituto de Astrobiología de la NASA. Marte, por ejemplo, es rico en hierro y tiene agua fluyendo debajo de su superficie.

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Vía Xataka Ciencia

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Según se ha podido comprobar en ratones, el estrés altera la microbiota intestinal (el conjunto de bacterias que viven en el intestino y son clave para el organismo) igual que una dieta rica en grasas, según se desprende de un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Brigham Young (Estados Unidos) y la Universidad Jiao Tong de Shangái (China).

Estrés y estómago

Laura Bridgewate es una de las autoras de esta investigación realizada en ratones hembras y publicada en Nature, y concluye:

El estrés puede resultar dañino de muchas maneras, pero la novedad de nuestro trabajo consiste en que liga este problema con cambios específicos de la microbiota intestinal de las hembras.

En el estudio se analizaron las heces de los ratones para averiguar cómo afectaba el nerviosismo a su microbiota intestinal tras someterlas a periodos de estrés o de comida grasienta. En realidad, el experimento se hizo en ratones macho y hembra, pero solo afectó a las hembras. El siguiente paso es saber de qué modo se pueden extrapolar estos resultados en los seres humanos.

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Fuente: Noticias