domingo, 19 de febrero de 2017

¿Tu nivel socioeconómico está ligado a la contaminación atmosférica?

Aunque es una idea que han barajado varios investigadores, el nivel socioeconómico de una persona no parece estar necesariamente ligado al índice de contaminación atmosférica al que estará sometido durante su vida, tal y como sugiere un estudio en el que han participado científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), institución impulsada por la Obra Social ”la Caixa.

Una correlación espuria

El equipo que ha llevado a cabo la investigación, integrado por expertos de 25 centros europeos, ha analizado datos de casi 5.700 personas de 16 ciudades de Europa occidental. Las 16 ciudades analizadas pertenecen a 8 países de Europa occidental. Las 16 ciudades analizadas son Albacete, Amberes, Barcelona, Galdakao, Ginebra, Grenoble, Huelva, Ipswich, Lyon, Marsella, Norwich, Oviedo, París, Pavía, Turín y Verona. En 14 de ellas no se halló una asociación significativa entre la posición socioeconómica estimada por persona y la exposición a la contaminación atmosférica. Los resultados han sido publicados en Environment International.

Curiosamente, en Barcelona y Oviedo la asociación observada fue la inversa, es decir que los participantes que viven en zonas con tasa de desempleo más altas están menos expuestos a la contaminación.

Para determinar la posición socioeconómica de los participantes se tuvieron en cuenta el nivel educativo y la posición laboral a nivel individual y la tasa de desempleo de cada barrio analizado. Según la autora del estudio, Bénédicte Jacquemin:

Aunque los datos del estudio no permitieron demostrarlo, se sugiere que son las características urbanísticas de cada ciudad las que determinarán el nivel de exposición de los individuos en función de su posición socioeconómica.

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Vía Xataka Ciencia

¿Por qué llevas una pulsera de la causa social por la que luchas?

Model 1802142 960 720 Cuando tratamos de responder a la pregunta de por qué hacemos lo que hacemos, generalmente obviamos de la explicación la importancia de los demás y de que nuestro estatus depende de la forma en que nos juzgan los otros (de hecho, afirmar taxativamente que no nos importa lo que los demás piensen de nosotros es generalmente una forma poco elaborada de autoengaño).

Ahora preguntémonos honestamente por qué llevamos un pin, una pegatina o una pulsera que simboliza una causa social por la que estamos lucha, como el cáncer.

Visibilidad, pero también autoestima

Todos nosotros estamos jugando a un juego social que nadie quiere admitir: haerlo supondría perder el estatus, porque todos nuestros actos responderían a una dinámica de juego, no de implicación fidedigna. Por esa razón, nadie admitirá con facilidad que lleva una serie de símbolos para identificarse con los demás.

Los símbolos (desde los tatuajes al diseño de nuestras gafas) se portan no tanto para lucir en el espejo y sentirnos bien con nosotros mismos como para inspirar una conversación, destacar como miembro de un grupo o incluso para demostrar un estatus moral superior.

Todo ello nos hace sentir mejor con nosotros mismos, obviamente, pero no lo hacen per se. Si fuera per se, entonces habrían más casos de símbolos que repugnan a todo el mundo pero que alguien exhibe con mucha dignidad porque le hacen sentir bien. En otras palabras: todas las cosas que nos hacen sentir bien estéticamente suelen inscribirse en un código estético total o parcialmente establecido por el entorno en el que aspiramos a prosperar.

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¿Por qué llevo una pulsera anticáncer?

Imaginemos un caso concreto y un tanto polémico. Livestrong es una pulsera amarilla de silicona lanzada a la venta en mayo de 2004 como símbolo insignia de la fundación Lance Armstrong Foundation. El precio de la pulsera en la página web oficial de Livestrong es de 1 dólar por unidad, el cual va íntegramente destinado a la investigación en la lucha contra el cáncer.

¿Por qué la gente lleva esta clase de pulseras? Una respuesta errónea sería para contribuir económicamente a la causa: si es así, dona tu dinero directamente, sin quitarle a la organización el porcentaje del coste de la pulsera. O directamente compra cien o mil pulseras y no te pongas ninguna en la muñeca.

Otra respuesta más elaborada sería que la pulsera se lleva para dar visibilidad a la causa. Si mucha gente lleva la pulsera contra el cáncer, el tema del cáncer se convertirá más fácilmente en trending topic y, por consiguiente, habrá más gente dispuesta a colaborar económicamente con ella.

Esta respuesta tiene mucho más sentido, pero entonces cabe preguntarse si adquirir enseñar una pulsera a las personas que nos rodean es la forma más eficaz de hacer proselitismo.

A día de hoy, tras la controversia sobre el caso de doping de Lace Armstrong, casi nadie quiere ser visto llevando una pulsera de LiveStrong. Lo que, finalmente, revela que en el origen profundo de llevar esta pulsera es porque acarrea una serie de significados más allá de la lucha contra el cáncer, como el hecho de llevar pendientes de colores audaces o el pelo engominado hacia atrás.

Y eso significados son atractivos para todos, incluso adictivos, porque nos hacen segregar dopamina, como explica Martin Lindstrom en su libro Small Data:

En general, hay una historia vinculada al pin de lagartija que llevamos puesto, o a la correa de goma negra que llevamos en la muñeca. Nos sitúan en el centro del relato. Cuando nos convertimos en la estrella, el punto de foco, el narrador o el objeto de atención, nuestro cerebros segregan dopamina. Cualquier famoso le dirá que la fama y la atención son adictivas, lo cual puede explicar parcialmente por qué la mayoría de usuarios de las redes sociales hacen fluir un aluvión de noticias, fotos de comida y paisajes y reciben a cambio una cascada de elogios ("Guay, "Maravilloso", "Me encanta").

En otras palabras, nuestro comportamiento responde a motivos con muchas capas, una bajo la otra. Si nos quedamos en las capas aparentes, superficiales, difícilmente comprenderemos los verdaderos motivos u acicates que mueven el mundo.

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Vía Xataka Ciencia

Sí, tú también eres prejuicioso, racista, sexista y clasista

Discrimination 60512 960 720 A menudo, las personas que no suelen leer sobre psicología, acostumbran a autodefinirse como libres de prejuicios, en absoluto racistas, en nada sexistas y, naturalmente, que nunca han recurrido al clasismo para relacionarse con los demás.

Sin embargo, décadas de estudios y pruebas demuestran justo lo contrario: nuestro cerebro está cableado específicamente para ser prejuicioso, racista, sexista y clasista. Una vez asumido esto, lo que debemos procurar es combatirlo frontalmente o, al menos, eliminar sus efectos más perniciosos.

Prejuicios de serie

Sí, todo el mundo tiene tabúes y prejuicios. Al menos es lo que dicen todos los libros de psicología que he leído. Otra cosa es que la mayoría de la gente ni siquiera sea consciente de sus prejuicios, claro. Siempre solemos vernos a nosotros mismos mucho mejor de lo que somos realmente.

Nuestro cerebro está diseñado para formar prejuicios, estereotipos y demás sesgos cognitivos porque es su forma de filtrar las enormes cantidades de información que nos rodea. Como señala George Loewenstein, profesor del Carnegie Mellon y uno de los mayores expertos en el papel de la parcialidad en la formación de nuestros juicios: «La gente siempre cree que no es tendenciosa, aun cuando se pueda documentar estadísticamente que hay una gran parcialidad».

Fue una forma relativamente útil de clasificar información cuando éramos cazadores-recolectores, pero ahora es un problema porque es el origen del racismo, el sexismo y otros clasismos (sí, todos somos racistas, sexistas y clasistas aunque no nos demos cuenta, aunque unos luchen más por evitarlo y lo sean menos al final que otros, claro).

Racial Segregation 67788 960 720

Hay decenas de pruebas y tests psicológicos, como el de Asociación Implícita, que dejan al descubierto nuestros prejuicios más arraigados. Incluso albergamos prejuicios con nuestra propia etnia.

Los prejuicios, pues, a veces son para bien (creemos que algo es mejor de lo que realmente es) o para mal (creemos que es peor), pero se producen en todos nosotros, y hacia todas las cosas que nos rodean: la etnia, el sexo, la belleza, la edad, el tipo de trabajo, los guarismos de la cuenta bancaria...

Por consiguiente, quizá la única manera de vivir sea discriminando a través de prejuicios y estereotipos. Y la virtud estriba en saber cuándo hacerlo y cuándo no hacerlo.

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Vía Xataka Ciencia

El primer objeto impreso en 3D hecho de material extraterrestre

Impresion 3d Metal Extraterrestre Cada vez son más los materiales que se usan como materia prima a fin de concebir piezas impresas en 3D, desde naylon hasta células madre. Sin embargo, lo que todavía constituía un hito hasta hace muy poco tiempo es que la materia prima no procediera de nuestro planeta.

Lo que sin duda abre la puerta a la idea de que la futura colonización de otros mundos podría depender del uso de impresoras 3D que preparen el terreno antes de que lleguemos nosotros.

Meteoritos 3D

El 8 de enero de 2016, en el Consumer Electronics Show en Las Vegas, Planetary Resources y 3D Systems presentaron una maqueta de una pieza de una nave espacial realizada con una impresora 3D y hecha de un meteorito metálico.

En concreto, han utilizado un fragmento de uno de los meteoritos que cayó en Campo del Cielo, la zona de Argentina donde hubo una lluvia de meteoritos metálicos hace más de 4.000 años. Empleando la impresora 3D Systems 320 ProX DMP, han sido capaces de pulverizar el meteorito y crear esta pieza compuesta de niquel, hierro y cobalto a base de capas mediante sinterización laser.

Este ejemplo es una prueba de concepto que permitirá realizar expediciones en el sistema solar para crear equipos y piezas con materiales extraídos de asteroides.

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Vía Xataka Ciencia

El declive de la hierba arrastra al antílope más amenazado

Hasta ahora se desconocían las causas de la decadencia de los hirolas, considerados los antílopes más amenazados de África de los que quedan menos de 500 ejemplares. Un equipo de científicos se ha adentrado en su hábitat entre Kenia y Somalia y ha descubierto que el crecimiento de árboles y arbustos, en detrimento de las praderas, es lo que ha perjudicado durante las últimas décadas a estos mamíferos, protagonistas de #Cienciaalobestia.



Fuente: Noticias