Contra sus intereses económicos y en favor de la salud de los vecinos, el establecimiento rural Silenka anunció que dejará de fumigar en unas 200 hectáreas contiguas a la localidad. La ONG destacó el gesto y pidió a los ediles de Tornquist que avancen en la regulación del uso de agroquímicos.
Vía Noticias de Ecoportal
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