Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, impulsados por las Naciones Unidas en el año 2000, han acabado en papel mojado, como acabará, se lo garantizo, la Agenda para el Desarrollo Post-2015 o lo que siga. Porque poner fin al hambre no depende de declaraciones de buenas intenciones, ni de acuerdos signados, ni de firmes liderazgos en las altas esferas… depende única y exclusivamente de voluntad política. Y ésta no existe.
Vía Noticias de Ecoportal
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