La flora de Canarias y California es cada vez más parecida. Unos 9.200 kilómetros los separan, pero comparten más especies que hace cincuenta años. En este mundo globalizado, los invasores biológicos campan a sus anchas. O, al menos, eso intentan. Todos ellos se caracterizan por encontrarse fuera de su área natural de distribución y haberse adaptado al nuevo entorno. Al hacerlo, carecen de enemigos, se liberan de las enfermedades propias de sus lugares de origen y se vuelven más fuertes que los nativos. El aumento del transporte de personas y mercancías por todo el planeta permite que viajen sin apenas trabas, ya sea de forma accidental o intencionada, como las plantas ornamentales o las mascotas.
Vía Muy Interesante
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