El país se desmorona y se nos escurre entre los dedos. Y para rematar, muchas inconformidades siguen siendo gremiales o de sector. Nuestros gobernantes ya no se asustan con cualquier marcha o protesta, con un plantón, con cualquier denuncia pública; una denuncia jurídica les da risa. Como siervos del capital han llegado al poder para robar, legal o ilegalmente, se puede decir que pistola en mano. Protegidos por el manto de la impunidad se sienten todopoderosos.
Vía Noticias de Ecoportal
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