Navidad, Reyes Magos, cumpleaños, aniversarios… en todas esas fechas solemos recibir regalos de parte de nuestros seres más queridos. Y aunque puede resultar difícil de creer, algunos estudios han demostrado que recibir regalos no es tan placentero como el hecho de hacerlos. La generosidad propia de los actos prosociales parece tener también su sitio en el cerebro.
Vía Muy Interesante
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