Un equipo de ecólogos ha sacado la luz la historia de espionaje, engaños, polizones y muerte que hay detrás de una señal química: el salicilato de metilo. Los protagonistas son un árbol frutal, un pulgón saltador, una bacteria oportunista y una avispa parasitoide, que aprovechan sin piedad este compuesto.
Fuente: Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario