viernes, 27 de junio de 2014

La reducción radical en el consumo de energía: la alternativa energética y ecológica

En los últimos siglos se afirma en el mundo occidental la idea de que el aumento en el consumo de energía se corresponde con una elevación del bienestar humano, de mejoría social, de mayor felicidad individual. La aparición de la máquina de vapor marca el inicio de esta tendencia. En adelante, aumenta el consumo de energía en la medida en que las sociedades se industrializan, se tecnifican, se desarrollan bajo el impulso de la ciencia y la tecnología y los postulados de la economía clásica. Al mismo tiempo que se inicia el aumento en el consumo de energía cambia la visión del mundo en la Europa del siglo XVIII: aparecen en Francia, Inglaterra y Alemania las ideas de progreso y de la felicidad como una consecuencia del avance científico y tecnológico; el utilitarismo se convierte en la filosofía dominante en el mundo anglo sajón y las mercancías industriales en el soporte de una vida feliz. Con el carbón, se producen en Europa las revoluciones conservadoras que sientan las bases del mundo moderno: la revolución industrial, la revolución higienista, la revolución transportista, la revolución sanitaria que imponen profundos cambios en los modos de vida y crecientes demandas de energía. Inglaterra, que inicia este aumento continuo en el consumo de energía, domina los mares, sojuzga viejas civilizaciones e impone las bases de lo que hoy llamamos la occidentalización del mundo; es decir: la destrucción de las viejas culturas y el imperio de las ideas de la escasez o de la economía y la tecnología en las relaciones entre los seres humanos. Con la era del petróleo, el consumo de energía se dispara a niveles nunca antes vistos en la historia: la población humana se multiplica por siete.






Vía Noticias de Ecoportal

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