Desde los orígenes mismos del planeta la dinámica cortical y los cambios en el comportamiento de la biósfera fueron una constante.
La tierra tardó mil millones de años en consolidar su corteza y más de dos mil millones en iniciar el fantástico y alucinante desarrollo y evolución de la vida. Todo ocurrió en el momento preciso y cuando las condiciones ambientales lo permitieron. En la evolución de la tierra no existe el azar, solo exactitud y sincronismo por ello, los ciclos climáticos se encuentran inscriptos en las capas sedimentarias y en las rocas de la envoltura planetaria y esta causa permite poder leer su historia mediante el estudio y análisis de los depósitos producto de la erosión y geoformas resultantes de la interacción de la tierra con el medio.
Vía Noticias de Ecoportal
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