La decepción puede llegar tanto por pequeños contratiempos en la vida como por grandes desgracias; sea como fuere, todo se origina en el interior del cerebro. Ahora, una nueva investigación liderada por la Universidad de California en San Diego (EEUU) ha identificado la parte exacta del cerebro que controla el procesamiento de la información tanto emotiva como sensorial que provoca que nuestro estado de ánimo cambie.
Vía Muy Interesante
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