Un equipo de investigadores suizos y alemanes ha colocado un plásmido de ADN en la superficie de un cohete para ver si sobrevivía durante un vuelo balístico suborbital. Los resultados revelan que el ADN soportó las altas temperaturas del lanzamiento, el duro viaje y la reentrada en la Tierra, donde muchas de las moléculas seguían manteniendo sus propiedades.
Fuente: Noticias
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