Un nuevo estudio muestra que la contaminación lumínica puede afectar el entorno natural en formas complejas que pueden ser difíciles de predecir. La luz nocturna procedente de fuentes como las farolas afecta al crecimiento y la floración de las plantas e, incluso, al número de insectos que dependen de esas plantas para alimentarse. Un nuevo estudio muestra que la contaminación lumínica puede afectar el entorno natural en formas complejas que pueden ser difíciles de predecir.
Vía Noticias de Ecoportal
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