sábado, 13 de junio de 2015

Peligro en las ondas

“Hace doce años, junto a un refugio de perros y gatos, en medio del campo, instalaron una antena de telefonía móvil. Me llamaron porque los animales estaban muy nerviosos, se autolesionaban y querían escapar”. Este fue el primer impulso que llevó al abogado Agustín Bocos a especializarse en contaminación electromagnética.  Dos años después se diagnosticaron cinco casos de leucemia en un colegio cercano a un edifico plagado de antenas de telefonía en la azotea.  Los padres de los afectados presentaron un escrito al Ayuntamiento explicando que había estudios que vinculaban la leucemia infantil con la radiación electromagnética. El alcalde del pueblo se negó a recibirlos, tachándolos de “padres histéricos”, por lo que presentaron una querella contra las operadoras por contaminación ambiental. Ganaron, pero una niña murió.



Vía Noticias de Ecoportal

No hay comentarios:

Publicar un comentario