Es imposible que una persona disfrute alimentarse, con la carne ensangrentada de un animal. Tragarse el alma de un ser vivo que fue salvajemente violentado, sacrificado y despellejado, para complacer el apetito caníbal masticado por la gran Sociedad Moderna, solo demuestra la cobardía, la ignorancia y la miseria espiritual, que habita en los corazones malsanos de la gente común y corriente.
Vía Noticias de Ecoportal
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