Si recapacitamos sobre cómo se mantienen a los animales en las granjas de cría intensiva (hacinados en establos sin luz, sin espacio, sin ventilación adecuada y en la mayoría de los casos faltos de higiene y salubridad y, por si fuera poco, cebados para que crezcan a toda velocidad...), nos daremos cuenta de que no cabe ninguna duda de que en algún momento estos animales contraerán alguna enfermedad.
Vía Noticias de Ecoportal
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