La contaminación acústica incide también en la frecuencia de su canto y en la demanda de alimentación por parte de los pollos. La contaminación acústica modifica la conducta de las aves, que pasan más tiempo en estado de alerta en detrimento de la actividad alimenticia, según un estudio dirigido por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).
Vía Noticias de Ecoportal
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