domingo, 25 de septiembre de 2016

El ruido humano obliga a este murciélago a cambiar de táctica para cazar

Los seres humanos también contaminamos acústicamente. Los ruidos que generamos interfieren en los sistemas comunicativos de ciertos animales y ponen en peligro su supervivencia. Es el caso del murciélago con labios de flecos, protagonista de #Cienciaalobestia, que emplea un segundo sentido –la ecolocación– para percibir a su presa cuando el sonido es demasiado alto y enmascara sus señales.



Fuente: Noticias

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