Vivimos en una sociedad donde la enfermedad crónica sigue siendo invisible. Hablamos de realidades tan duras como la fibromialgia, que es para muchos esa dolencia imaginaria con la que uno/a justifica sus ausencias laborales. Hay que cambiar mentalidades: no hace falta que exista una herida que podamos ver para que el sufrimiento sea auténtico.
Vía Noticias de Ecoportal
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