Aunque demos por hecho que cualquier humano sobre la faz de la tierra es capaz de reconocer en un rostro el miedo o la amenaza, posiblemente esta idea, aceptada desde los años 60, esté equivocada. Un equipo científico, en el que participa la Universidad Autónoma de Madrid, ha analizado las reacciones de adolescentes de España y de una isla de Oceanía ante diferentes caras. Su trabajo prueba que no todos identificamos las mismas emociones.
Fuente: Noticias
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