Un estudio internacional con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona apunta a una mezcla e integración más rápida de lo que se pensaba entre los cazadores-recolectores locales y los primeros agricultores neolíticos llegados desde Oriente Próximo a la península ibérica. La investigación, que ha permitido analizar la huella del ADN mitocondrial, revela una compleja interacción de linajes de ADN antiguo de diferentes orígenes hace entre 5.500 y 4.500 años a.C., cuya intensidad se mantuvo a lo largo del Neolítico.
Fuente: Noticias
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