Tras estudiar el cauce seco del río Fluviá, unos científicos se dieron cuenta de que liberaba grandes cantidades de CO 2. Para confirmar si este fenómeno se producía en otros ecosistemas de agua dulce al secarse, nació un proyecto con 24 equipos de todo el mundo. Según los investigadores, estas emisiones supondrían un aumento de las estimaciones globales actuales.
Fuente: Noticias
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