jueves, 8 de octubre de 2020

Algo huele a podrido en Islandia, pero ¿por qué ciertas personas no lo notan?

Lejos de ser un capricho, la preferencia o aversión a ciertos aromas está codificada en el material genético. Un equipo de científicos islandeses descubrió que las personas con una variante en un gen encuentran el olor a pescado putrefacto menos desagradable e intenso que otras.



Fuente: Noticias

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