“Los reguladores deben hallar un equilibrio entre poner nuevos fármacos a disposición de los pacientes lo antes posible y recabar información suficiente sobre su calidad, seguridad y eficacia”, explica la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Para buscar ese equilibrio está la farmacovigilancia, un sistema cuidadosamente diseñado para detectar cuanto antes efectos no esperados en fármacos ya en uso, y que los ensayos clínicos no podían advertir.
Fuente: Noticias
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