Cuando la nave OSIRIS-REx de la NASA descendió en 2020 al asteroide Bennu para tomar muestras, tuvo que disparar sus propulsores para no hundirse en su granuloso suelo. Ahora se han presentado más detalles de aquel contacto de cinco segundos, en el que se recogió ¼ kilo de material que llegará a la Tierra en 2023. Sus minerales de arcillas y carbonatos podrían aportar valiosa información sobre los albores del sistema solar.
Fuente: Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario