Sí, existe la Sociedad para la Conservación de los Animales Feos (Ugly Animal Preservation Society, UAPS), quizá para defenderlos de aquello de “que se mueran los feos”. A decir verdad, procuramos mayores cuidados a los animales tipo “Teddy Bear” que a las cucarachas. Sin embargo, las cucharachas no es lo peor que existe ahí fuera (y a lo que menos le procuraríamos cariño y cuidado).
Esta sociedad de Reino Unido ha realizado un ránking de animales mucho más feos en función de los votos que se recibieron a través de Internet. Y es que “los osos panda reciben demasiada atención”, afirmó Simon Watt, presidente de la Ugly Animal Preservation Society.
El número uno es, para ellos, el pez gota o pez borrón (Psychrolutes marcidus). Tiene una densidad apenas mayor que el agua, recuerda un blandiblú rosado de narizota chata. Casi una caricatura grotesca. Vive a grandes profundidades marinas, pero debido a la pesca de arrastre podría estar en peligro de extinción.
En segunda posición quedó el kakapo, un ave neozelandesa que parece una mezcla de loro y búho y que viven en Nueva Zelanda. Es famoso por ser el único loro no volador del mundo, el loro más pesado, y también uno de los pájaros más longevos del reino animal. Los kakapos están en peligro crítico de extinción, con sólo 131 ejemplares vivos reconocidos, todos ellos clasificados.
El tercer puesto le ha correspondido al axolotl, una salamandra que vive en México que permanece toda su vida aspecto de renacuajo, por lo que también se le conoce como “Peter Pan del mar”. El escritor argentino Julio Cortázar inmortalizó a este animal en Axolotl, un cuento que aparece en Final del juego (1956). En dicho cuento, el autor describe la fascinación que le produce tan extraño animal.
Todos ellos, en suma, animales que probablemente no desentonarían si nos los encontráramos en Las Pozas: el jardín más colorido y psicodélico del mundo.
-
La noticia El animal más feo del mundo, según la Sociedad para la Conservación de los Animales Feos fue publicada originalmente en Xatakaciencia por Sergio Parra.
     |
Vía Xatakaciencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario