El modo de vida establecido por nuestros queridos hermanos indígenas, se ha convertido en una historia llena de antagonismo. Sus corazones bañados en sabiduría celestial, no pueden evitar que los gobiernos y las transnacionales se adueñen de los ancestrales recursos naturales. Parece ser un pecado, venerar los milenarios territorios que evocan la fertilidad del planeta Tierra, dejando en un mar de tinieblas el hermoso legado de la cultura aborigen.
Vía Noticias de Ecoportal
No hay comentarios:
Publicar un comentario