lunes, 25 de marzo de 2013

El rey de Burger King se somete a su decimosexto bypass

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“Otra vez, otra vez…” dijo el rey, sonriente, a su llegada a una clínica de Nueva York a los numerosos periodistas que se agolpaban ayer por la tarde a la puerta del hospital.


El rey de Burger King fue internado ayer después de quejarse, durante semanas, de dolores en el pecho y ha sido operado a lo largo de esta noche pasada en lo que ha sido su quinta intervención de 2013 y la decimosexta ocasión tras su primera intervención coronaria en 1998. Esta última operación, según las estimaciones médicas, podría tenerlo de baja casi cinco meses, lo que podría impedir a la cadena de comida rápida rodar nuevos spots publicitarios con su mascota corporativa. “Sus arterias no soportarán mucho más tiempo su ritmo de trabajo”, le han advertido los médicos.


La decisión de intervenirlo fue “muy meditada”, según justifican fuentes de Burger King, después de que los constantes dolores se hicieran demasiado acuciantes en las últimas semanas y le impidieran moverse con agilidad, de modo que necesita ser operado de nuevo para poner solución a un nuevo taponamiento de las arterias del corazón. “No hay que desesperar, en unos días estará estupendamente y le podremos ver de nuevo disfrutando de nuestra Doble Cheese Bacon XXL, a la que es adicto”, han informado desde la compañía.



Le aconsejan que abdique, pero no hay un sucesor claro



Según relataban ayer desde la marca, los problemas coronarios del rey de Burger King, de 77 años de edad, no deberían ser problemáticos dado que “es ya un veterano del quirófano” pese a que los médicos que le han operado le han advertido que “si come una sola hamburguesa más, podría morir”. Pese a todo, Burger King (que necesita publicitar promociones para los restaurantes de todo el mundo) no renuncia a perder su principal activo publicitario y han acercado varias cámaras para rodar un spot en el que el rey se viera al rey devorando hamburguesas desde la cama.


“Rodaremos en la habitación un par de spots en plan improvisado e informal hasta que esté totalmente recuperado mañana por la tarde y pueda retomar su actividad. Él está encantado de que todo el mundo sea testigo de hasta qué punto no puede vivir sin sus hamburguesas a la brasa”, explicaba a los periodistas el director de márketing de Burger King justo antes de pedir a las enfermeras si podían sustituir los goteros de suero por saquitos de salsa barbacoa.


“Está llorando porque el sabor es muy intenso”, aclaró el directivo a la prensa cuando pudieron verse lágrimas corriendo por las mejillas de plástico del rey.


En enero, el popular personaje presentó su libro de memorias “My Life behind the King” en el que confesaba el estrés a la que se veía sometido por tener que comer hamburguesas en cada aparición pública y las presiones que recibía de parte de la corporación. A sus 77 años de edad, la mascota corporativa de Burger King ha sufrido y varios percances relacionados con el desarrollo de su trabajo para la marca, como cuando en 2010 se rompió la cadera en Minnesota mientras intentaba guiar a varias reses hacia el matadero.






Vía El Mundo Today

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