Twitter, Facebook o las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp tienen, sin duda, un componente adictivo que puede llegar a convertirse en obsesión y que ha dado lugar a una generación de locos digitales de diferentes perfiles. Por ejemplo, está el caso del exhibicionista: comparte fotos de su familia, su pareja, sus vacaciones.
Vía Muy Interesante
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