Vía Curiosidades
martes, 12 de marzo de 2013
Niño de 8 años se casa con mujer de 61 (FOTOS)
Vía Curiosidades
La pureza blanca de la cal de la Casa Blanca
La cal es óxido de calcio, que se produce calentando greda, caliza o conchas marinas para extraer el dióxido de carbono; el polvo blanco resultante, muy alcalino, absorbe después agua y dióxido de carbono del aire.
Con la cal se revistió la residencia del presidente de los Estados Unidos, y por ello empezó a llamarse Casa Blanca. Una cal que procede de lugares como la isla de Wight, en el sur de Inglaterra (un lugar que fue la responsable de que Inglaterra también se conozca como Albión). Podéis leer más al respecto en ¿Qué tienen en común la Casa Blanca y la isla más grande Inglaterra?
Blanquear, enjalbegar o encalar es la acción de añadir una capa de aguada de cal. Las tumbas, por ejemplo, se pintaban con cal para protegerlas de la intemperie, aunque así también se dotaba a la tumba de cierto aire limpio y puro, acaso para ocultar la podredumbre de la muerte.
Lo explica así Hugh Aldersey-Williams en La tabla periódica:
La cal se emplea en los enterramientos debido a esa propiedad higroscópica: extrae la humedad del cuerpo y reduce el riesgo de enfermedades debidas a la putrefacción. Saturada de agua, o apagada (o muerta), se convierte en lechada o jalbegue. La cal del mortero se seca rápidamente, sustituyendo el agua que pierde con dióxido de carbono, lo que hace que el polvo blanco y blando se transforme en piedra duradera.
Resulta irónico, pues, que la cal que se echa a la tumba fue en su momento vida en forma de millones de minúsculos organismos marinos, y que, a su vez, nuestros huesos pueden convertirse en el alimento de futuras generaciones de animales con caparazón.
Así pues, el calcio es el elemento que se encuentra en el meollo químico de la cal, la caliza, la greda y además en muchos minerales, como la calcita y el yeso. El calcio no es el único elemento que forma compuestos blancos de manera dominante o completa, o pero mediante estos materiales naturales importantes y abundantes es el elemento que más asociamos con la ausencia de color. Aparte de la nieve, nuestros símiles para la blancura son calcáreos: blanco como el mármol, el alabastro, la creta; blanco como el marfil, el hueso o los dientes; blanco como la perla.
Blancos, pues, como los Acantilados Blancos de Dover. O como los acantilados de la isla de Wight, que antes os mencionaba.
Vía Xatakaciencia
El nacimiento de una pequeña cobra
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“Mi extraña adicción”: Es adicta a comer barras de desodorante
Vía Curiosidades
El Parlamento Europeo advierte del impacto de los recortes sobre las políticas de igualdad
Fuente: Noticias
La mortalidad de las personas con VIH se iguala a la de la población general
Fuente: Noticias
3000 Cerdos muertos en un río de China
Vía Curiosidades
Neoextractivismo vs. la defensa integral de los territorios
En este fragmento de menos de dos minutos que forma parte del documental brasileño El veneno está en la mesa, Eduardo Galeano expresa un sentir de muchæs latinoamericanæs: los gobiernos progresistas también han traicionado a los pueblos . Apenas un ejemplo alcanza para justificar esta afirmación y el elegido es el caso de los agrotóxicos. Valga un ejemplo dentro del ejemplo: con miras a cumplir su Plan Estratégico Agroalimentario 2020 el gobierno argentino pretende instalar en Mendoza “el megaemprendimiento más grande del mundo en materia de potasio”.
Vía Noticias de Ecoportal
Aquel campo donde la minería enturbia el agua
Ver a una mujer que acaba de lavar su ropa, bañándose en un recodo de la quebrada junto a sus tres hijos, permite comprender esa estrecha relación entre pobladores y afluente. De ahí que el problema de la minería sin control resulte perjudicial para todos y que asuntos como la erosión y la inundación de terrenos adquieran un carácter comunitario.
Vía Noticias de Ecoportal
La tierra para quien la trabaja
La tierra es fuente de negocio para unos pocos, ya sea aquí o en la otra punta del planeta. En el Estado español, el boom inmobiliario ha dejado un legado de urbanizaciones en ruinas, aeropuertos sin prácticamente aviones, pueblos fantasma, grandes infraestructuras en desuso... Una realidad que la fotógrafa Julia Schulz-Dornburg ha retratado brillantemente en su libro/inventario Ruinas modernas, una topografía de lucro. Y en los países del Sur, el afán de beneficio con la tierra expulsa a campesinos, pueblos indígenas e impone monocultivos para la exportación, grandes infraestructuras al servicio del capital o el expolio de sus recursos naturales.
Vía Noticias de Ecoportal
La matriz energética. Una discusión pendiente
El debate sobre la energía nuclear que abrió el accidente en la central de Fukushima en Japón no está superado. Aunque desde algunos sectores como la Autoridad Regulatoria Nuclear se sostiene que existe una opinión mayoritaria sobre las “excepcionales contribuciones de la nucleoenergía a la reducción de los gases de efecto invernadero”, se trata de un debate abierto.
Vía Noticias de Ecoportal
Libres de toda culpa 17 ambientalistas del Valle de Siria
Juez falla a favor de 17 ambientalistas del Valle de Siria. Estaban acusados de “obstaculizar” plan de manejo para cortar 1800 hectáreas de bosque.
Vía Noticias de Ecoportal
Los expertos descartan que se pueda inocular un cáncer a una persona
Fuente: Noticias
Descubren que la coenzima Q10 es beneficiosa para tratar la fibromialgia
Fuente: Noticias
Una sonda registra la actividad neuronal y libera fármacos en el cerebro
Fuente: Noticias
Contestar mensajes al volante es tan peligroso como duplicar la tasa de alcoholemia permitida
Fuente: Noticias
Una herramienta mide qué influye en el bienestar de las personas con VIH
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Los murciélagos sufren un acusado declive por la desaparición de sus hábitats
Fuente: Noticias
Escándalo en Brasil por dedos de "empleados fantasma"
Vía BBCMundo.com | Curiosidades
Sorprenden a Pérez-Reverte magreando a una musa
El escritor Arturo Pérez-Reverte fue visto ayer por la tarde en compañía de una musa mucho más joven que él a la que manoseaba sin pudor alguno pese a encontrarse en un local público.
“Se estaban dando el lote de manera escandalosa y, cuando les llamé la atención, el señor Pérez-Reverte me dijo que estaba interrumpiendo una reunión de trabajo y que me había quedado sin monedita”, explica el camarero que atendió a la pareja y que, efectivamente, no recibió propina.
“Era la diosa Calíope, musa de la elocuencia”, aclara el autor
Horas más tarde, el suceso ya había trascendido en las redes sociales, donde circulaban incluso fotografías de la pareja.
Finalmente, fue el propio Pérez-Reverte quien admitió en un mensaje en Twitter que las musas “me las envían de la editorial desde hace años”.
También aclaró que es un método de inspiración habitual, “el más antiguo del mundo”, y llamó ignorantes “a los que se rasgan las vestiduras por verme disfrutar en compañía de una diosa”.
El caso de Pérez-Reverte vuelve a poner en tela de juicio los procedimientos del sector editorial, reavivando las sospechas de que la trata de musas es una práctica generalizada en la profesión.
“Cuando Miguel Delibes terminó ‘Señora de rojo sobre fondo gris’, se fumó el mejor cigarrillo de su carrera”, admite el experto Jorge Urdiales, que pide a los lectores que entiendan que “las ideas no salen de la nada y muchas vienen de Europa del Este”.
Manuel Vicent sigue esperando a su “mamita sabrosona”
El escritor Manuel Vicent no ha dudado en mostrar su indignación y ha reprendido públicamente a su compañero de editorial, Pérez-Reverte, por “caer en la infidelidad, en el abuso y en la falta sistemática de escrúpulos”. Vicent asegura que sigue esperando la “mamita sabrosona” que Alfaguara debía proporcionarle para ayudarle a terminar su último proyecto literario. Revela que habló con Arturo Pérez-Reverte y que éste le juró que él también tenía problemas de suministro con el tema de las musas.
“Al final resulta que hay autores que abusan de las musas dejando a los demás sin nada, y cuando les preguntas se hacen los locos”, insiste Vicent. El escritor, que lleva “meses y meses sin recibir una buena inspiración”, amenaza con pasarse a una editorial “de esas jóvenes” que ponen “mucho mimo en todo lo que hacen” y en las que “a veces son los propios responsables de la editorial los que se arremangan”.
Vía El Mundo Today
Haciendo posturitas frente al espejo
Internet está plagado de chicas que se hacen fotos en el baño, o más bien toman una foto del reflejo especular que les lanza el espejo del baño (y aparte suelen poner cara de pato, morritos amusgados, un dedo apuntando a la mejilla, el símbolo de la victoria ladeado… el contrapicado para disimular la papada, y mil y otros códigos subyacentes y cambiantes con el discurrir de las modas).
Pero no seamos crueles con esas pobres chicas. También hay chicos que se despojan la camiseta con la velocidad del hombre lobo de Crepúsculo para enseñar su tabla de chocolate. Y en general, todos, seguramente, hemos posado alguna vez frente al espejo, imitando alguno de los gestos de nuestros actores favoritos o haciendo cosas que nuca, jamás confesaremos a nadie.
Porque qué duda cabe de que nuestra imagen, la forma de nuestro cuerpo, el grado de belleza de nuestro rostro, influye mucho más en lo que somos y en cómo pensamos de lo que generalmente podemos alcanzar a comprender. Podéis leer más sobre ello en El efecto Proteo: la belleza determina la seguridad en uno mismo… incluso en un mundo virtual (I), ( y II).
Pero sigamos con los espejos. Los mayores consignadores de nuestra autoimagen. Eugene Weber, en Francia, fin de siglo, ya escribía que a mediados del siglo XIX, no habiendo espejos en la mayoría de las casas, probablemente la gente tenía una autoimagen más laxa que la nuestra. Y ello, a su vez, conducía a una gestualidad menos ensayada, menos teatral… menos gestual, en definitiva. Félix Pérez-Hita, en su artículo ¿Se aburren las otras?, señala:“¿Significa eso que eran menos coquetas las adolescentes, menos intimidatorios los policías o menos bravucones los malhechores?)”
Es una hipótesis plausible, no sólo por la carencia de espejos, sino también por la falta de tiempo libre. Sólo el ocio nos permite hacer el tonto frente al espejo. Cuando estás condenado a trabajar durante jornadas laborales extenuantes para poder llevarte un mendrugo de pan a la boca, generalmente lo que menos te importa es qué cara pones en tu vida. El ocio, algo tan novedoso como los espejos, es el responsable de nuestros melindres, o incluso que nos aburramos en nuestras vacaciones, como podéis leer en Gente que se aburre viajando… esa clase de gente.
Los gestos perfectamente codificados, aprendidos y ensayados no llegaron a nosotros hasta la democratización de los espejos y el tiempo libre.
Plata para reflejar
Aunque los romanos ya descubrieron cómo depositar plata sobre un vidrio de forma que se produjera una superficie reflectante, y el secreto se redescubrió en la Edad Media, producir una superficie lo suficientemente grande para comprobar el propio aspecto era un trabajo complejo, y los espejos siguieron siendo lujos inalcanzables para la mayoría hasta bien entrado el siglo XVIII , tal y como explica Hugh Aldersey-Williams en La tabla periódica:
Estas dos cualidades antiguas de la plata (su propensión a deslucirse del blanco al negro, y la capacidad de su superficie pulida de reflejar tan perfectamente la luz que uno puede ver en ella su propia cara) llegaron a una convergencia sorprendente en el mundo moderno. Porque, al igual que en la imagen especular, la fotografía es un registro óptico captado en plata.
Así de influyente pudo llegar a ser el espejo y la fotografía democráticas, ambas dependientes de la plata, el Youtube o la cam del smartphone de la época.
Los espejos modernos consisten de una delgada capa de plata o aluminio depositado sobre una plancha de vidrio, la cual protege el metal y hace al espejo más duradero. Permitiéndonos ser todavía más teatrales en nuestros gestos; todo ello sumado a las cámaras, y al cine. Y así, quizá sin apenas darnos cuenta, vamos asimilando los gestos de, por ejemplo, las estrellas de acción del celuloide: sus modos de andar, de subirse las solapas, de mirar, de hablar, de lanzar ocurrencias socarronas, de soportar el dolor con estoicismo. De Jean Claude Van Damme adquirimos su particular manera de luchar, más próxima a la danza que a las artes marciales; de Bruce Willis, su cautivador fruncimiento de labios; de James Bond (normalmente el interpretado por Sean Connery), su dandism; de Dolph Lundgren, su escorzo hierático; de Robocop, su fría determinación e imperturbabilidad; de Harrison Ford (sobre todo en la trilogía de Indiana Jones), su manera de reírse o mostrar sorpresa, arqueando las cejas y dibujando una V invertida con los labios… y así.
Vía Xatakaciencia
Mujer recibe droga erróneamente por paquetería, teme por su seguridad
Vía Curiosidades