jueves, 7 de agosto de 2014

¿Cómo resolverías el problema del hambre en el mundo?: La pregunta de la semana

650_1000_650_1000_650_1000_650_1000_promo-post-respuestas-1-1-1.jpgDicen que producimos la suficiente comida para alimentar todas las bocas del mundo, pero que una gran parte acaba en la basura. ¿Deberíamos redistribuir mejor nuestro excedente? ¿Deberíamos invertir más en transgénicos? ¿Carne sintética? Cada vez más personas tienen el poder adquisitivo para comer más variedad de cosas, ¿deberíamos restringir esa variedad? ¿Pasarnos a la ingesta de insectos, fuente increíble de proteínas? ¿Ser vegetarianos porque gastamos menos recursos cultivando vegetales antes que carne? ¿Qué postura es la más eficiente? ¿Todas? ¿Futuras impresoras de comida en 3D? En definitiva:


¿Cómo resolverías el problema del hambre en el mundo?


Recordad que podéis dejar vuestras respuestas en la sección de preguntas y respuestas de Xataka Ciencia.


La pregunta de la semana pasada


La semana pasada os preguntábamos ¿Cuál es vuestro programa favorito de ciencia? La mejor respuesta fue la de jesuspiro:


En mi caso, considero que el nuevo programa "Cosmos" presentado por Neil Degrasse Tyson en la actualidad, está llevando a cabo una muy buena labor de divulgación científica, puesto que no solo engloba muchos campos científicos sino que de este programa disfrutan viéndolo tanto niños como expertos o, simplemente adultos interesados en la materia, donde se puede observar en los altos niveles de audiencia que ha obtenido.

En Xataka Ciencia | Todas La pregunta de la semana


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La noticia ¿Cómo resolverías el problema del hambre en el mundo?: La pregunta de la semana fue publicada originalmente en Xatakaciencia por Sergio Parra.












Vía Xatakaciencia

Este ‘transformer’ de origami es capaz construirse a sí mismo y escapar

La papiroflexia ha servido de inspiración a científicos de la Universidad de Harvard y el MIT para idear un método de construcción de máquinas que se doblan y autoensamblan sin ayuda externa en cuatro minutos. Estos robots se podrían utilizar en operaciones de búsqueda y rescate en edificios colapsados.






Fuente: Noticias

Comer una porción diaria de legumbres ayuda a controlar el peso


Esta es la conclusión del último trabajo liderado por el doctor del departamento de Nutrición Clínica y Factores de Riesgo del Hospital St. Michael (Canadá), John Sievenpiper y que recoge la revista Obesity.




















Vía Muy Interesante

Los neandertales de Gibraltar comían palomas

Un estudio realizado a partir de restos fósiles encontrados en una cueva gibraltareña concluye que los neandertales cazaban palomas de forma habitual como parte de su dieta. Hasta ahora, la explotación sistemática de aves estaba considerada una práctica exclusiva de la conducta humana moderna.






Fuente: Noticias

Si Charles Darwin levantara la cabeza...

bornavirus.jpg Cuando se completó en Proyecto Genoma Humano alrededor del año 2003 los científicos se dieron cuenta de muchos detalles sorprendentes, pero sobre todo uno que ni siquiera habían sospechado. Los genes característicamente humanos no constituyen más del 2% de todo nuestro ADN, incluido el código para generar las proteínas que necesitamos para vivir. Un 8% está compuesto de de fragmentos de retrovirus. Visto de esta manera, somos, genéticamente hablando, más virus que humanos.


Los retrovirus que causan cáncer o enfermedades como el SIDA no son muy eficientes evolutivamente hablando, ya que matan a sus hospedadores demasiado rápido, muriendo con ellos. Pero los hay que no son tan agresivos, que entran en la célula de manera desapercibida y así, cuando la célula se divide, hace una copia junto al virus. No obstante, cuando el individuo muera sus células dejarán de dividirse y el virus no podrá sobrevivir. Hay otros, sin embargo, que son capaces de introducirse en los espermatozoides o en los óvulos y estos sí pueden transmitirse de generación en generación al igual que puede transmitirse un gen para el color de los ojos o para el asma. Se les llama retrovirus endógenos, pues una vez que infectan el ADN de una especie pasan a formar parte de ella.


En 2009, los científicos descubrieron en los humanos cuatro segmentos de ADN de algo llamado bornavirus, que vienen infectando a los animales de pezuña desde tiempos inmemoriales. El nombre viene de una epidemia particularmente grave en 1885 en una unidad de caballería cerca de Borna, Alemania, en la que algunos de los caballos del ejército enloquecieron hasta el punto de aplastar sus propios cráneos. Pues bien, hace unos cuarenta millones de años algunos de estos bornavirus se introdujeron en nuestros antepasados simios, refugiándose en su ADN. Y es más: las pruebas de laboratorio demostraron que dos de nuestros segmentos de ADN de bornavirus funcionan como auténticos genes.


En 2006 un virólogo francés llamado Thierry Heidmann utilizó ADN humano para resucitar un virus extinto. Esto lo pudo hacer gracias a que el virus aparece al azar en lugares diferentes y pudo así reconstruirlo. Le bastó ver cuál era la letra de ADN más frecuente en cada posición. Bien, no era como en Parque Jurásico, pero sí lo fue en una placa de Petri. John Coffin afirmaba que traer algo desaparecido a la vida es aterrador, pues hay virus que pueden ser más peligrosos. Heidmann lo llamó Phoenix, por el mítico ave que resurge de sus cenizas.


Era un virus benigno, según Heidmann, pero cuando lo reconstruyó y lo inyectó en células de diversos mamíferos (gatos, cobayas y humanas) las infectó a todas. Otros científicos han reproducido este mismo trabajo con otros virus y han fundado una nueva disciplina llamada paleovirología.


Cabría preguntarse si hubiéramos sobrevivido como especie o hubiéramos evolucionado de forma diferente si esos virus no hubieran entrado en nuestro ADN. Uno de los científicos que estudian los genes humanos con origen en bornavirus afirmó: "la concepción que tenemos de nosotros mismos como especie está ligeramente equivocada".


Y esto no es realmente reciente. Ya en 1968 se rieron de Robin Weiss encontró virus endógenos en embriones de pollos sanos. Quiso publicarlo las revistas rechazaron la publicación y la comunidad de biólogos se rio de él. Lejos de desanimarse, se fue a la jungla Pahang en Malasia donde vivió con una tribu experta en cazar aves de selva roja, unos antecesores de las gallinas y pudo identificar en ellas los mismos rastros de los virus endógenos. Nosotros, de hecho, también tenemos miles de coincidencias en nuestro genoma de esos virus endógenos con los chimpancés.


Los antropólogos y los biólogos los han utilizado para investigar no sólo el linaje de los primates, sino las relaciones entre los animales (perros, chacales, lobos y zorros, por ejemplo) y también para probar si los organismos similares de hecho pueden no estar relacionados.


Robert Weiss es hoy profesor de oncología en el University College London. Como él mismo dijo:


Si Charles Darwin levantara la cabeza tal vez le sorprendería aprender que los humanos descendemos en igual medida de los virus que de los simios.

Fuentes: Sam Kean, El pulgar del violinista.


The New Yorker


Foto: wikipedia


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Vía Xatakaciencia

La falta de vitamina D aumenta el riesgo de demencia y alzhéimer


Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) ha concluido que la deficiencia de vitamina D está asociada a un riesgo significativamente mayor de sufrir demencia y enfermedad de Alzheimer.




















Vía Muy Interesante

El costo de un plástico para el océano

Si usted piensa que al rechazar un plástico o al reciclarlo no está haciendo la diferencia, se equivoca. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), el costo del daño que los plásticos provocan en los ecosistemas marinos es de 13 mil millones de dólares al año.






Vía Noticias de Ecoportal

Latinoamérica duplicó sus emisiones agrícolas de gases de efecto invernadero en últimos 50 años

Expertos de 15 países se reunieron para fortalecer sus capacidades de realizar inventarios de emisiones y planes de mitigación en el sector agrícola y forestal.






Vía Noticias de Ecoportal

Indígenas agredidos de Costa Rica reciben apoyo de Ban Ki-moon

Los indígenas de Costa Rica, que sobreviven entre agresiones de agricultores y ganaderos que invaden sus tierras y queman sus casas y pertenencias, lograron un nuevo aliado: el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien sostuvo un encuentro con 36 de sus líderes durante una visita al país.






Vía Noticias de Ecoportal

Una pequeña molécula podría ser la clave para curar la parálisis


Los humanos, por desgracia, no tenemos la capacidad que tienen animales como los caracoles o las ranas de regenerar las conexiones nerviosas, y muchos estudios han intentado arrojar un poco de luz en este campo. Ahora, una nueva investigación ha descubierto que p45, una pequeña molécula, podría ser la clave para persuadir a los nervios dañados de que vuelvan a crecer y funcionen con normalidad. Una vía que abriría las puertas a la cura para todo tipo de parálisis.




















Vía Muy Interesante

Los humanos hemos triplicado los niveles de mercurio en los océanos


Los niveles de mercurio en la superficie del océano se han triplicado desde el comienzo de la Revolución Industrial, y la mano del hombre es la responsable, según afirma tajante un nuevo estudio publicado en la revista Nature.




















Vía Muy Interesante

Una fórmula matemática para la felicidad

Investigadores del University Collegue de Londres han desarrollado una ecuación para conocer el grado de felicidad en cada momento según las recompensas y previsiones que se hacen con antelación. El estudio apunta que las propias expectativas influyen en la felicidad, que es mayor cuando los resultados son mejores de lo esperado.






Fuente: Noticias

Felipe VI traslada su residencia de verano a Magaluf

Este miércoles por la tarde se producía la estampa más esperada del verano: el primer posado de Felipe y Letizia como Reyes en su nueva residencia de verano en Magaluf, Mallorca, dejando claro que los nuevos monarcas mantienen la fidelidad con la isla de Don Juan Carlos y doña Sofía. No...... Leer más



Vía El Mundo Today

Si no cobras por tu trabajo eres idiota

640px-aristotelesarp.jpgUna de las primeras preguntas que suele hacerse a alguien que acabamos de conocer es “¿a qué te dedicas?”. El trabajo nos define. El trabajo no hace felices. El trabajo nos da sentido. Pocos responden lo que dice Tyler Durden a tal pregunta: ¿para qué? ¿Para fingir que te interesa?


Sin embargo, no siempre fue así. Aristóteles sostenía que era incompatible hacer algo que nos realizara y completara y, a la vez, nos pagaran por ello. Trabajar por dinero era algo así como prostituirse. Sin una renta base y una vida de tiempo libre era imposible disfrutar, a juicio de Aristóteles, de los más elevados placeres que proporcionaban la filosofía y la música.Los primeros cristianos añadieron la doctrina de que el trabajo era un castigo bíblico. Incluso Leonardo y Miguel Ángel, que adoraban el trabajo práctico, también se limitaban a trabajos creativos.


No fue hasta que llegaron Diderot y d´Alembert, con su Enciclopedia, que se empezó a describir el trabajo cotidiano como hornear el pan o plantar espárragos como actividades gratificantes, formadoras, e incluso inspiradoras. El propio Diderot aducía:


Las artes liberales han cantado su propia alabanza durante suficiente tiempo; ahora deberían alzar su voz para alabar las artes mecánicas. Las artes liberales deben rescatar a las artes mecánicas de la degradación en la que se han mantenido durante tanto tiempo por prejuicio.

Viva el trabajo remunerado


De repente, las tornas cambiaron por completo, hasta el punto de que el trabajo que se realizaba sin una finalidad económica ya no era un trabajo, ya no pertenecía al ámbito laboral, sino al ámbito de las aficiones, tal y como explica el filósofo Alain de Botton en su libro Miserias y esplendores del trabajo:


a las tareas sin retribución económica se las despojaba de todo significado y se las relegaba a la atención caprichosa de decadentes diletantes. Entonces pareció tan imposible que se pudiera ser feliz e improductivo como antes había parecido inverosímil que se pudiera trabajar y ser humano.

El trabajo asalariado se convirtió en el verdadero trabajo. Si tu actividad no era remunerada, entonces no tenía valor (confundiéndose aquí términos tan distintos como “valor” y “coste”). Una idea que quedó tan arraigada que aún hoy es la idea rectora de cualquier argumentación en contra de la cultura libre, las actividades por amor al arte, las copias de creaciones ajenas sin que medie recompensa crematística.


Es definitiva, la idea de que si no cobras dinero por lo que haces, entonces eres idiota, o lo que haces en realidad no merece cobrarse (o peor aún: lo haces gratis para robar clientes al que lo hace de forma remunerada, devaluando así todo el sector).


La vida sin trabajo, el trabajo sin dinero


1024px-typicalbusyoffice20050109.jpgSin embargo, esta idea está volviendo a perder su lustre, hasta el punto de que parecemos encaminados a regresar a la idea primigenia, la que un día defendió Aristóteles: que trabajar cobrando es estar al nivel de los animales o los esclavos. Que el verdadero trabajo, el que realmente te hace feliz, el que realmente produce cosas importantes para los demás, puede y hasta debe surgir sin que medien emolumentos.


Wikipedia, por ejemplo, nos ha acercado a un poco más a esa idea primigenia. Y Wikipedia es solo la punta del iceberg, como os expliqué en otro artículo de Xataka Ciencia. También podéis leer otro artículo en Mètode, de la Universidad de Valencia, sobre la divulgación científica aplicada a este tipo de arquitectura.


Muchos agoreros del “todo gratis”, de la piratería, del dejar de comprar libros o discos físicos repiten sin cesar que tienen derecho a cobrar por lo que hacen, y sobre todo que sin el incentivo del dinero la cultura se acabará (otra tesis defendida por lo que me parecen simples neoluditas como Robert Levine en Parásitos, al que ya intenté replicar en 10 deslices de Robert Levine que evidencian un discurso ludita sobre la creación y la distribución de cultura).


En ese sentido, parece que el dinero es un buen incentivo para que trabajemos, pero no el único incentivo, ni tampoco el mejor incentivo. De hecho, se nos paga precisamente para que hagamos algo que generalmente no nos apetece hacer.


En contraposición, cada vez tenemos más tiempo libre (no porque trabajemos menos horas, que también, sino porque nuestras actividades ya no se limitan al consumo pasivo, sino a la interacción con los demás, o incluso a poner un simple comentario en un vídeo de Youtube), lo que permite que, cada vez más, la gente genere contenido (porcentualmente bazofia, pero cuando se genera tanta cantidad de contenido, solo que el 1 % sea interesante es suficiente), que la gente colabore entre sí para hacer cosas que antes eran impensables, que se organicen micromecenazgos para llevar a cabo obras que realmente necesita el consumidor.


Las comunidades de makers, la impresión 3D, las redes sociales, la inteligencia emergente, la democracia líquida, incluso herramientas tan polémicas como uber, están destruyendo el tejido laboral a una velocidad inimaginable (a la vez que crea nuevos tejidos laborales también a una velocidad endiablada: imaginad todos los trabajos paralelos que ha creado la existencia de Facebook).


Pero según algunos soñadores como Jeremy Rifkin, en El fin del trabajo, quizá antes de lo esperado podamos disponer, gracias a la tecnología, del sustento básico para vivir: nos podremos imprimir lo que necesitamos a un coste marginal próximo a cero, colaboraremos con los demás para obtener más cosas y mejores, y, al final, trabajar por un sueldo será una cuestión minoritaria. De los que se aburren con sus aficiones, o los que necesitan tener más objetos mercables que el vecino (porque en este contexto, no dudo que seguirá existiendo la competencia entre personas, pero ya no se basará tanto en lo económico, como en la reputación y la visibilidad, a la que se llegará a través de lo que hagas, no de lo que cobres por lo que haces).


Así que, al final, como las cosas cambian de sentido, podríamos readoptar el sentido original de “idiota”. Entonces, sí, el que no cobra por su trabajo sería un idiota de los pies a la cabeza. Un idiota orgulloso de serlo. Porque idiota, en el sentido anteniense de la palabra, significa “no participar en las cuestiones del gobierno”. El verdadero idiota no quiere pasar por el aro. El verdadero idiota mira al futuro, mira al pasado, y dice: quizá va siendo hora de que dejemos de trabajar para comer.


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La noticia Si no cobras por tu trabajo eres idiota fue publicada originalmente en Xatakaciencia por Sergio Parra.












Vía Xatakaciencia

Monsanto obligado a pagar USD $93 millones a pequeño pueblo por envenenar ciudadanos

Los grandes triunfos pueden suceder en pequeños lugares. La Corte Suprema del Estado de Virginia del Oeste finalizó un gran golpe al gigante de Biotech, Monsanto este mes, estableciendo un acuerdo que obliga a Monsanto a pagar USD$ 93 millones al pequeño pueblo de Nitro, Virginia del Oeste, por envenenar a sus ciudadanos con químicos derivados del Agente Naranja.






Vía Noticias de Ecoportal

Por qué Panasonic ahora cultiva lechugas

El gigante de electrónica Panasonic Corp de Japón comenzó a vender vegetales cultivados en su primera granja techada en Singapur.






Vía Noticias de Ecoportal