lunes, 1 de mayo de 2017

Más recursos en la publicidad sobre alimentación para niños y niñas

Investigadores españoles han comprobado que la publicidad de alimentos destinada a niños y niñas, en especial la de los productos menos saludables, utiliza más elementos irracionales que la adulta. Los resultados de su estudio, publicados recientemente en Gaceta Sanitaria, revelan la mayor presencia de dibujos animados, oferta de regalos u obsequios coleccionables.



Fuente: Noticias

¿Cuál es la velocidad máxima jamás alcanzada por un tren a vapor?

Latest Una de las escenas más icónicas de Back to the Future se produce en la tercera entrega de la saga. En ella, Doc Brown debe sobrealimentar un tren de vapor del siglo XIX a fin de que alcance una velocidad endiabladamente rápida para la época (140 km/h) a fin de empujar un Delorean con el motor descompuesto.

Antes de ponerse a fabricar el combustible para la caldera de vapor de la locomotora, Doc Brown mantiene una conversación con un maquinista cuál era la velocidad máxima alcanzada por esa máquina. Las cifras ni siquiera se acercan a 140 kilómetros por hora. Sin embargo, la velocidad máxima alcanzada por un tren a vapor fue mucho mayor.

La fuerza del vapor

Mallard Locomotive 625

El récord de velocidad en locomotora de vapor no se llevó a cabo en el siglo XIX, sino en el XX, concretamente en 1921. Ese día, una locomotra Mallard gobernada por Joe Duddington, ferroviario inglés de 61 años afincado en Doncaster, metió algo más de presión a la caldera al pasar justo por la pequeña población de Little Bytham.

La locomotora dio un empujón brioso y alcanzó la velocidad máxima de 202,58 kilómetros por hora, récord aún en pie para un tren de vapor. El récord fue obtenido el día 3 de julio de 1938, en un trayecto de la East Coast Main Line en una pendiente en leve bajada, rompiendo el récord de la locomotora alemana DRG Clase 05 Nº2 en 1936 de 200,4 km/h.

Y es que la Mallard, una locomotora casi fetiche para los aficionados a los trenes, se caracterizaba por su dinámico perfil y una presión en cilindros mayor, nuevas válvulas de freno, doble chimenea y toberas de escape que permitían maximizar la producción de vapor.

La primera Mallard se construyó en la ciudad de Doncaster en 1938. Y le hubiera hecho mucha falta a Doc Brown. La locomotora mide aproximadamente 21 m de largo y pesa 165 toneladas (con el ténder incluido).

La Mallard fue diseñada como locomotora para trenes expresos por Sir Nigel Gresley, su forma aerodinámica probada en túnel de viento estaba capacitada para alcanzar velocidades mayores a los 160 km/h. La Mallard estuvo en servicio hasta 1963 después de haber recorrido 2,4 millones de km.

El récord de la Mallard nunca fue oficialmente excedido, a pesar de que la locomotora alemana DRG Clase 05, alcanzó dos años antes la velocidad de 200,4 km/h, en un tramo horizontal entre Hamburgo y Berlín.

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Vía Xataka Ciencia

Cuando la nostalgia se convirtió en una enfermedad mortal y contagiosa

Photo 256887 960 720 La primera descripción de la nostalgia considerada como una afección data de 1688 y corresponde al físico suizo Johannes Hofer, quien concibió el neologismo a partir del griego nóstos ("regreso") y álgos ("dolor).

A principios de ese siglo, ya se hablaba del "mal de corazón", que obligó a muchos soldadados a regresar a sus hogares durante la guerra de los Treinta Años. Porque la nostalgia no solo se consideraba potencialmente letal, sino también profundamente contagiosa.

Enfermedad

En la Francia del siglo XIX, la nostalgia era una enfermedad grave que te podía condenar tanto al manicomio como a la cárcel. Los brotes de nostalgia eran tan temidos que producían temor y fascinación a partes iguales. La nostalgia debía evitarse, jamás buscarse.

El historiador Michael Roth ha clasificado la nostalgia como "una aflicción que los médicos consideraban potencialmente letal, contagiosa y, de algún modo, profundamente ligada al estilo francés de mediados del siglo XIX". Como se ha dicho, al describirse por primera vez como enfermedad en Suiza, la nostalgia incluso era un problema militar de envergadura.

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Por esa razón, durante la guerra se trata de evitar cualquier factor que pudiera desarrollar la nostalgia de los soldados, lo que propiciaría una derrota frente al enemigo, tal y como explica Simon Gardfield en su libro Cronometrados:

Los suizos, al parecer, huían en desbandada cuando oían cencerros, porque les recordaban a sus pastos natales, por no hablar del Kuhreihen, una famosa canción que se cantaba mientras las vacas pastaban. Tal música debilitaba tanto a los soldados que cualquiera que la cantara podía terminar ante el pelotón de fusilamiento.

Lo que hoy en día simplemente despacharíamos como infelicidad, o echar de menos nuestro hogar, antaño era problema psiquiátrico de primer orden. Porque muchas enfermedades solo fueron tales porque la comunidad médica o la misma sociedad porfiaba en determinar que lo eran. Por ejemplo, hasta 1974 la homosexualidad era considerada un trastorno mental.

El caso más estrambótico, no obstante, posiblemente sea el de la drapetomanía, que fue un nuevo trastorno mental que, antes de la Guerra Civil Americana, el médico de Luisiana Samuel A. Cartwright dijo haber descubierto. La enfermedad solo afectaba a los esclavos y se describía como la insistencia por parte de muchos negros de huir de su condición natural de esclavo. Drapetomanía procede del griego drapetes, «huir».

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Vía Xataka Ciencia

Los dedos amputados a Galileo


En Florencia todo el mundo sabe donde está enterrado Galileo Galilei. Sus restos mortales descansan en una cripta en el interior de la famosa Basílica de la Santa Cruz, la principal iglesia franciscana de la ciudad. Este científico nacido en el siglo XVI comparte este espacio con varios de sus ilustres colegas italianos, como Miguel Ángel, Maquiavelo, el poeta Foscolo, el filósofo Gentille y el compositor Rossini.

Los dedos amputados a Galileo
Dedo perdido de Galileo, encontrado al fin. Crédito de la imagen: artscatter.com

Cuando Galileo murió en 1642, el Gran Duque de Toscana quería enterrarlo en este mismo lugar junto a las tumbas de su padre y otros ancestros, sin embargo debido a que Galileo fue declarado hereje, enemigo de la iglesia, tuvo que cambiar de planes y fue enterrado en su lugar en una pequeña habitación contigua a la capilla de los novicios.

Después de su muerte el caso Galileo fue olvidado en gran medida, hasta cuarenta y cinco años más tarde, cuando un inglés llamado Isaac Newton publicó un revolucionario y trascendental libro,  "Principios matemáticos de filosofía natural", donde sentó las bases de la física moderna. Con la ley de la gravitación universal y las leyes del movimiento, Newton demostró que la tierra gira alrededor del sol y no al revés y que Galileo siempre tuvo razón. En 1718, la Iglesia rectificó su error y levantó la prohibición que pesaba sobre las obras de Galileo, y en 1737, su cuerpo fue exhumado y vuelto a enterrar en el cuerpo principal de la basílica.

Los dedos amputados a Galileo
Crédito de la imagen: Oliver Quinlan / Flickr

Sin embargo, antes del segundo entierro de Galileo, algunos de sus mórbidos admiradores, buscando mantener algunos recuerdos del insigne científico, desmembraron parcialmente al pobre italiano y cogieron tres dedos de su mano, un diente y una vértebra. La vértebra fue a parar la Universidad de Padua, donde Galileo enseñó durante muchos años, mientras que el diente, y los dedos fueron pasando de mano en mano hasta que desaparecieron en 1905.

Más de un siglo después, los dedos y el diente aparecieron misteriosamente en una subasta celebrada en 2009, junto con otras reliquias religiosas contenidas en una caja de madera del siglo XVII. Los objetos se vendían como no identificados y Alberto Bruschi, un reconocido coleccionista de arte de Florencia, compró la colección sin saber lo que eran.

Los dedos amputados a Galileo
La tumba de Galileo en la basílica de la Santa Cruz. Crédito de la imagen: Anna Fox / Flickr
Cuando el señor Bruschi y su hija se dieron cuenta de que la caja de madera estaba rematada con el busto de Galileo, y se enteraron de que se había despojado de algunas partes el cuerpo del científico en su segundo entierro, se pusieron en contacto con el museo. Los ensayos y estudios posteriores confirmaron que habían encontrado los restos perdidos de Galileo.

Hoy en día los visitantes al Museo Galileo, situado a poca distancia de la tumba de Galileo en la basílica de la Santa Cruz, pueden ver su dedo medio marchito dentro de un adornado huevo de pascua. El museo también contiene muchos artefactos del científico como dos telescopios, termómetros, y una extraordinaria colección de globos terrestres y celestes.

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Sistema de impresión en 3D quiere sustuir a obreros de la construcción

Mit Printedrobots 1 0 Este es uno de los mayores trabajos de impresión en 3D realizado por un sistema automatizado, y se ha hecho a la mayor velocidad registrada hasta ahora, según consigna un estudio publicado en Science Robotics.

Concretamente, han 'imprimido' una estructura de 4,7 metros de largo y 3,7 metros de alto en menos de 14 horas.

Obreros de la construcción robot

Un equipo de ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) pretende revolucionar la industria arquitectónica a través de la robótica con esta máquina que funciona con baterías y energía solar, y está equipada con un brazo robótico cuya precisión supera a la de los sistemas de construcción tradicionales.

La estructura se construyó con espuma aislante, pero el robot es capaz de usar otros materiales como cemento, escombros o incluso hielo, si se encuentra en su entorno. Lo podéis ver en acción en el siguiente vídeo:

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