El análisis de los registros históricos de temperatura en la región del Gran Caribe, que incluye el Golfo de México, ha permitido detectar una tendencia ascendente de la temperatura del mar desde 1915 que está afectando al ecosistema de corales de la zona. De continuar este ritmo, los arrecifes podrían calentarse 1,5 °C de aquí a 2100, lo que compromete su supervivencia.
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