domingo, 7 de junio de 2015

Cerebros de derechas/izquerdas y de creyentes/ateos

Neurons 582054 640Un estudio dirigido por Geraint Rees, en el University College del Instituto de Neurociencia de Londres, “Political Orientations Are Correlated with Brain Structure in Young Adults”, trató de dilucidar si el cerebro de los políticos conservadores británicos era diferente al de los liberales.

Para ello, se escogieron noventa sujetos al azar, a los que se les solicitó que identificaran su orientación política en una esala de 5 puntos, desde muy liberal a muy conservador. A continuación, se escaneó el cerebro de los participantes, midiéndose el tamaño de dos estructuras: la amígdala y el cinglado anterior.

El cingulado anterior de los cerebros de los liberales era mucho más grande que el de los conservadores. Y la amígdala de los conservadores era más grande que la de los liberales.

Hay que recordar que la amígdala es la responsable del miedo, sobre todo el que tiene que ver con el aprendizaje y la toma de decisiones. Tal y como lo explica el neurocientífico Scott Weams en su libro Ja:

Así, al mostrar que los conservadores poseen una amígdala más grande y los liberales un cinglado anterior más grande, Firth y Rees demostraron que estos individuos probablemente estaban especializados en cosas distintas. A los liberales se les da mejor la detección del conflicto. A los conservadores, el aprendizaje emocional.

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Gracias a estas imágenes anatómicas, se logró clasificar correctamente a sus sujetos muy liberales o muy conservadores con un 72 % de precisión simplemente a través de la observación del cerebro.

Por el contrario, la intensidad religiosa (uno de los factores más influyentes en las creencias políticas) predice una inclinación liberal o conservadora solo de un 60 % de exactitud.

Las personas religiosas, al pensar en Dios, reducen la actividad de su cingulado anterior, es decir, que la espiritualidad es un proceso que hace disminuir el conflicto, según un estudio de la Universidad de Toronto: “Reflecting on God Religious Primes Can Reduce Neurophysiological Response to Errors”.

Por el contrario, en los ateos se incrementa la actividad del cingulado anterior cuando se piensa en Dios. Porque para los ateos la fe en un poder superior sobrenatural no resuelve el conflicto, sino que lo aumenta.

Lo que siguiere, en cambio, es que los liberales están más preparados para detectar el conflicto. Y dado que el cingulado anterior ayuda a resolver la ambigüedad, es posible que los liberales sean más capaces de adaptarse a las complejidades y contradicciones. Los conservadores, por el contrario, son probablemente más emocionales. Tienden a resolver la complejidad a través de sus sentimientos, cosa que tampoco es mala, pues sin sentimientos el humor tampoco existiría. (…) El liberalismo y el conservadurismo, al igual que los chistes y la religión, no son más que maneras distintas de abordar la confusión.

Imágenes | Pixabay

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La noticia Cerebros de derechas/izquerdas y de creyentes/ateos fue publicada originalmente en Xataka Ciencia por Sergio Parra .






Vía Xataka Ciencia

La extrema delicadeza de un árbol

Digital Art 426831 640A pesar de su aspecto, su inmensidad, la dureza de su tronco, la fortaleza de sus raíces, capaces de llegar lejos en busca de agua y nutrientes, los árboles son criaturas extremadamente delicadas.

Su vida se desarrolla en tres capas de tejido delgadas como el papel: el floema, el xilema y el cambium. Todas ellas están justo debajo de la corteza.

Tal y como lo describe Bill Bryson, con su especial gracia, en su libro Un paseo en el bosque:

Por más alto que crezca, un árbol no es más que unos pocos kilogramos de células vivas escasamente esparcidos entre las raíces y las hojas. Estas tres diligentes películas celulares se encargan de toda la ciencia y la ingeniería necesarias para mantener un árbol con vida, y la eficiencia con la que lo logran es uno de los grandes milagros de la vida.

A pesar de parecer criaturas estáticas y silenciosas, trabajan sin cesar. En un día caluroso, un árbol de grandes proporciones es capaz de extraer varios hectolitros de agua de las raíces hasta las hojas, a través de las cuales regresa a la atmósfera.

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Los árboles también fabrican lignina y celulosa, regulan el almacenamiento y producción de tanino, savia, goma, aceites y resinas, distribuyen minerales y nutrientes, transforman los almidones en azúcares para crecimientos futuros (y de ahí es de donde sale el jarabe de arce) y solo Dios sabe cuántas cosas más.

Habida cuenta de que estos procesos tienen lugar en unas capas tan finas, los árboles son vulnerables a los ataques de organismos invasores. Estos organismos son capaces de provocar una gran destrucción. Como el caso de la Endothia parasitica en el castaño americano, que penetra en el árbol, devora las células del cambium y acaba con él en poco tiempo.

Este hongo asiáticos, llegado probablemente con un cargamento de árboles o maderos infectados, destruyó miles de castaños de los Apalaches a principios del siglo XX. La tasa de mortalidad era del cien por cien porque las esporas se propagaban por el aire.

Afortunadamente, los árboles también cuentan con sus propios mecanismos de defensa:

El motivo por el que el árbol del caucho segrega látex cuando se le hace un corte es que así les dice a los insectos y otros organismos: “No está bueno. Aquí no hay nada para vosotros Fuera”. Los árboles pueden también plantar cara a criaturas destructoras como las orugas saturando sus hojas de tanino, lo que hace que estas sean menos apetitosas y anima a las orugas a buscar mejores manjares. Cuando un plaga es especialmente seria, algunos árboles son incluso capaces de comunicarlo. Ciertos tipos de roble segregan una sustancia química que avisa a otros robles próximos de que hay un peligro cerca. Los robles vecinos reaccionan entonces incrementando la producción de tanino para poder resistir mejor el ataque que se avecina.

En Xataka Ciencia | El hombre que empezó a plantar árboles en una isla y ya tiene un bosque mayor que Central Park

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Vía Xataka Ciencia