lunes, 5 de agosto de 2019

Hallan una nueva vía por la que los insecticidas matan a las especies polinizadoras

Un estudio liderado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha descubierto una nueva ruta por la que los insecticidas neonicotinoides afectan a insectos beneficiosos. En ella, polinizadores y otras especies clave para el medio ambiente mueren al consumir la melaza contaminada que producen otros insectos.



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Crean un ojo simulado en 3D a partir de células humanas

Un equipo de ingenieros de EE UU ha creado un modelo tridimensional del ojo a partir del análisis de células humanas. El estudio, publicado en Nature Medicine, ha permitido probar medicamentos que todavía estaban en investigación.



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Recibir un riñón de un donante de más de 80 años es mejor que continuar en diálisis

Un nuevo estudio demuestra la viabilidad de la donación de riñones por parte de pacientes de edad avanzada. Tras analizar a más de 2.500 pacientes en lista de espera, todos de más de 60 años, aquellos que recibieron un órgano de un donante de más de 80 años, la mortalidad se redujo significativamente respecto a aquellos que se quedaron en diálisis.



Fuente: Noticias

Los dinosaurios también han ido al espacio: éste fue el primer fósil que lo consiguió

Los dinosaurios también han ido al espacio: éste fue el primer fósil que lo consiguió

Un fragmento de hueso y cáscara de huevo de un nido de Maiasaura de Montana, Estados Unidos, se convirtió en el primer fósil de dinosaurio que alcanzó el espacio.

El fósil voló al espacio en el equipaje del astronauta Loren Acton durante la misión Spacelab 2 de julio de 1985.

Sin razón científica

¿Cuál fue la razón científica de aquel vuelo de dinosaurio? ¿Alguna clase de experimento con fósiles? ¿Demostrar alguna hipótesis? Nada de todo eso. La razón de llevar un fósil al espacio fue un simple capricho.

El Spacelab fue un laboratorio de microgravedad transportado por el transbordador espacial en sus misiones al espacio. El laboratorio principal, de forma cilíndrica, era llevado en la parte trasera de la bahía de carga del transbordador. Poseía un diámetro externo de 4.06 metros, y cada uno de sus segmentos una longitud de 2.7 metros. Se usaban dos segmentos la mayor parte del tiempo, resultando pues una longitud total de 5.4 metros.

El Maiasaura vivió en el área actualmente cubierta por el estado de Montana en el Período Cretácico Superior, hace unos 76,7 millones de años. Los primeros fósiles de Maiasaura fueron descubiertos en 1978.

Los dinosaurios no volvieron al espacio hasta 1998, cuando un cráneo de Coelophysis visitó la estación MIR.

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Lo más parecido a un dinosaurio vivo que voló al espacio fueron dos tortugas de Horsfield que viajaron en una astroarca de Noé en miniatura lanzada por la Unión Soviética en 1968. Junto a gusanos, moscas y otros organismos a bordo de la sonda Zond 5, estos fueron los primeros animales en orbitar la Luna.

El 18 de septiembre, la nave espacial dio una vuelta alrededor de la Luna. La mayor aproximación a la superficie selenita fue de 1.950 kilómetros. A lo largo del vuelo fueron obtenidas fotografías de alta calidad de la Tierra a una distancia de 90.000 kilómetros. El 21 de septiembre de 1968, la cápsula de reentrada ingresó en la atmósfera terrestre, abriendo unos paracaídas a 7 kilómetros de altura. La cápsula cayó en el Océano Índico y fue recuperada en el mismo día.

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Vía Xataka Ciencia

Proyecto A119: la loca idea de lanzar una bomba nuclear sobre la Luna

Proyecto A119: la loca idea de lanzar una bomba nuclear sobre la Luna

Tras el éxito de la Unión Soviética lanzando su Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, el 4 de octubre de 1957, Estados Unidos realizó una excéntrica maniobra para dejar constancia a su pueblo de que no estaban perdiendo la carrera espacial.

Para eso empezaron a buscar financiación para un loco proyecto: el A119.

A119

A fin de subir la moral de la población estadounidense, la Fuerza Aérea ideó el extraño plan de lanzar una bomba nuclear sobre la Luna. La iniciativa se llamó Proyecto A119.

Bajo el nombre de Estudio sobre los vuelos científicos a la Luna, el Proyecto A119 quería usar una bomba de características similares a la que fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima unos años antes. Determinaron así que debía ser una bomba de rendimiento relativamente bajo (1,7 kilitones). Un equipo de 10 personas encabezadas por Leonard Reiffel se encargaron de estudiar el potencial y viabilidad de la posible explosión.

Para hacernos una idea de las proporciones de la detonación, la bomba Little Boy lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945 tuvo un rendimiento de 13-18 kilotones. El W25 sería llevado por un cohete hacia el lado oscuro de la Luna, donde detonaría al impactar. La nube de polvo resultante de la explosión sería iluminada por el Sol y, por lo tanto, visible desde la Tierra. Según Reiffel, el progreso de la Fuerza Aérea en el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales habría hecho posible ese lanzamiento en 1959.

Lo más sorprendente, sin embargo, es que Carl Sagan integró el equipo responsable de la investigación de los efectos teóricos de una explosión nuclear a un bajo nivel de gravedad.

Study Of Lunar Research Flights Vol I Cover

La explosión se divisaría como un espectáculo al que asistirían millones de personas que contemplaran la Luna en el momento de la detonación. Como un espectáculo pirotécnico realmente caro.

El Proyecto llegó muy lejos, pero afortunadamente quedó sin financiación, cancelándose en 1959 por temor a una reacción negativa de la población mundial, cambiando más tarde el objetivo por la llegada a la Luna. En 1963 se firma el Partial Nuclear Test Ban Treaty y en 1967 Outer Space Treaty para evitar otras muestras de poderío como ésta en lo sucesivo.

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Vía Xataka Ciencia

Esta fue la primera persona que ha logró comer pizza en el espacio

Esta fue la primera persona que ha logró comer pizza en el espacio

Las pizzas es uno de los alimentos más ubicuos de la cultura norteamericana (incluso las Tortugas Ninja la consideran la cúspide de la alimentación), pero irónicamente la primera persona que ha conseguido comer pizza en el espacio no fue un astronauta norteamericano, sino ruso.

Esta persona fue Yuri Usachov, en el año 2001. Tras casi un año de investigación, se envió una pizza a la Estación Espacial Internacional con algunas características especiales: llegó envasada al vacío y era lo suficientemente pequeña como para meterla en el horno de la Estación Espacial.

Pizza Hut

En 2001, Yuri Usachov recibió una pizza especialmente creada para él por parte de la cadena Pizza Hut, como parte de una estrategia publicitaria de varios millones de dólares. Medía 15 centímetros y estaba elaborada con salami, salsa de tomate y queso. Es importante resaltar que el salami tuvo que reemplazar al pepperoni por no haber pasado la prueba de los 60 días y se volvió mohoso.

La pizza no forma parte del menú espacial porque se enmohece a temperatura ambiente (en la Estación Espacial Internacional ni siquiera hay frigoríficos para la comida). Otro problema añadido son las migas de resultas de comerse una pizza, que pueden meterse en cualquier sito debido a la microgravedad. A pesar de ello, la ISS recibió los ingredientes recientemente para preparar unas pizzas.

Con todo, en 2016, el ejército de Estados Unidos loró preparar una pizza que se puede conservar a temperatura ambiente hasta tres años. Y el ingeniero Anjan Contractor consiguió una beca de la NASA por valor de unos 92.000 euros para desarrollar un prototipo de impresora que los astronautas pudieran usar en un futuro no muy lejano para crear sus propias pizzas en 3D.

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Vía Xataka Ciencia