A pesar de su tremendo tamaño, el diseño original planteado hace un par de años contemplaba una torre de 1.219 metros. Una vez finalizado el proyecto, sólo el Burj Khalifa en Dubai tendrá más altura.
El diseño es extremadamente simple en su concepto. Se bombea agua fría a la parte superior de la torre, pulverizándola en forma de una fina niebla sobre la apertura superior. El aire caliente y seco del interior de la torre absorbe la humedad haciendo que se vuelva más denso y hace que se desplace hacia abajo. Cuando éste aire llega a la parte inferior de la torre, el aire circula a alta velocidad, lo que puede mover un grupo de turbinas de viento agrupadas en la base.
El estudio plantea que la torre producirá alrededor de 1.200 megavatios de potencia durante los meses de más calor, algo más de los 1.032,5 y 1.027,2 megavatios de cada uno de los reactores de la central nuclear de Ascó en Tarragona.
Las torres eólicas de tiro descendente se propusieron por primera vez por el ingeniero Philip Carlson en los años sesenta. Pero debido al bajo precio de los combustibles en ese momento se abandonó la idea. El proyecto actual tendrá un coste algo superior al millón de euros, generando miles de empleos en la zona.
Vía | Bloomberg
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La noticia Una torre generadora de energía eléctrica, el edificio más alto de EE.UU. fue publicada originalmente en Xatakaciencia por Carlos Alcayde.
Vía Xatakaciencia
Se trata de una extraña criatura marina a la que si se le extrae el cerebro, en tres o cuatro días consigue volver a desarrollarlo. Los científicos lo llaman “el alienígena de océano”, vive en las profundidades marinas, es translucido y brilla como un ópalo bajo el mar.
Los coches autónomos de Google han recorrido un promedio de 700.000 millas, esto es 1.126.500 km. En este vídeo podemos contemplar cómo maniobran los coches autónomos de Google en condiciones de "tráfico real". El software genera modelos para las diversas situaciones, que permiten al vehículo adelantarse a los acontecimientos.
A pesar de que he leído muchos libros como éste, es decir, recopilatorios de curiosidades de la historia de la ciencia, es la primera vez que más de 50 % de las anécdotas no las había leído en ningún otro sitio. El mérito es de Ian Crofton, que ha escrito en Historias de la ciencia sin los trozos aburridos un libro de evasión divertido, pedagógico y original.
