sábado, 11 de mayo de 2013

Animales diminutos que desearías tener en tus bolsillos – Parte I

¿Te gustan los animales diminutos y tiernos? Bueno, entonces esta colección de fotos es para ti. Parece que alguien tiene hambre… ¿Alguien sabía que los conejos nacen del huevo? Pero que bonitas y pequeñas tortuguitas. Echale un ojo a este diminuto pulpo, es mu tierno ¿no? Pero que perezoso tan perezoso… Mira que lindo… Que [...]



Vía Curiosidades

¿Es verdad que el tomate es una fruta?

¿El tomate o jitomate es una fruta o una verdura? Para responder si el tomate es una fruta o no, primero hay que entender la diferencia entre una fruta y una verdura. La palabra fruta, en términos científicos difiere mucho del significado que le damos comúnmente. La mayoría tenemos la creencia de que las frutas [...]



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El juego del ultimátum: no podemos evitar ser sociales

economíaCuando escudriñamos los entresijos de la vida social, uno de las dinámicas que pasan más desapercibidas son las transacciones económicas. Hasta hace pocas décadas, los estudios sociales se centraban en los incentivos del dinero, o en la satisfacción subsiguiente a la compra de un producto, pero la transacción, el intercambio de dinero, se consideraba una operación fría. Como sacar dinero de un cajero automático.


Sin embargo, la transacción económica ha resultado fundamental para la construcción de la civilización humana: de hecho, se observa una poderosa correlación entre los países que más han prosperado en derechos sociales y países en los que se ha prodigado más el comercio. Holanda, a ese respecto, es todo un paradigma para los científicos sociales. Podéis leer más sobre ello en ¿La posibilidad de ser asesinado disminuye gracias al comercio?


Eso sucede porque las transacciones tienen un componente emocional, un juego entre dos desconocidos que deben empezar a fiarse el uno del otro.



Para ilustrar cuán importante es la transacción para los seres humanos, se ha empleado uno de los más célebres y elegantes juegos de experimentación en ciencias sociales: el conocido como juego del ultimátum. Fue probado por primera vez en 1982 por Werner Güth, Rolf Schittberger y Bernd Schwarze en la Universidad de Colonia.


apretón de manosEl juego del ultimátum es muy sencillo. Se centra en el interacción entre dos individuos. El juego empieza, por ejemplo, cuando el investigador entrega 10 dólares a uno de los individuos junto con las instrucciones de que valore cómo repartir el dinero con el otro individuo. En cuanto se propone un reparto, ya no se puede modificar. Y el otro individuo sólo puede decidir si acepta o rechaza la oferta. Si acepta, entonces el primer individuo se queda con la parte de los 10 dólares que ha propuesto, y el resto pasa al segundo individuo. Si el segundo individuo rechaza la oferta, entonces nadie se queda con nada.


La lógica nos diría que si uno ofrece 9 de los 10 dólares al otro, el otro aceptará porque, al menos tendrá 1 dólar: en caso de rechazar la oferta, no tendrá nada. Un dólar es muy poco dinero, pero es más que 0 dólares. Sin embargo, la vida real no funciona así, porque los seres humanos no son lógicas máquinas pensantes sino seres sociales preñados de sentimientos. Lo explica así Clay Shirky en su libro Excedente cognitivo:


En lugar de eso, quien propone suele ofrecer cantidades entre cuatro y cinco dólares, que quien responde generalmente acepta. Cuando quien propone ofrece cantidades menores, quien responde suele rechazarlas. Cuanto menor es la cantidad ofrecida, mayor es la posibilidad de que sea rechazada. Este resultado (que parece bastante intuitivo, si te imaginas en el lado menos favorecido) fue toda una sorpresa para la teoría neoclásica (¿qué participante racional dejaría escapar un dólar gratis sólo por su mera satisfacción emocional?).

Programa Redes experimentando juego de ultimatum Programa Redes experimentando juego de ultimatum

En resumidas cuentas: no importa las variaciones del juego que hagamos, no importa que establezcamos controles más severos, que las personas participantes sean anónimas. Finalmente, la mayor parte de la gente que proponía el reparto no lo hacía de forma demasiado egoísta, y la mayor parte de la gente que debía aceptar o no la proposición no aceptaba un reparto que se alejara demasiado de cierta percepción de justicia: se prefería no ganar nada a que el otro lo ganara todo.

Esto no tiene sentido si nos olvidamos de que somos criaturas esencialmente sociales: siempre actuamos en base al qué dirán, anhelando cierta reputación, y siempre perseguiremos que los demás no actúen de forma injusta, sobre todo si nos afecta o afecta a nuestros allegados. Y por supuesto, preferiremos estar un poco mejor que los demás (básicamente nuestros competidores sexuales inmediatos), aunque ello suponga rechazar estar mucho mejor pero ligeramente peor que los demás. O parafraseando un dicho Yiddish: el que tiene joroba se consuela si encuentra a alguien con una joroba mayor.


Al parecer, rechazar repartos que no sean generosos es un acto comunicativo y social, y no un simple error cognitivo. En una variante del juego que refuerza esta hipótesis, el proponente es un ordenador y, lo que es crucial, quien responde lo sabe. En este caso, quien responde suele aceptar el dinero que se le ofrece, dado que no hay un ser humano a quien culpar ni tampoco un sentimiento de satisfacción por negociar con una máquina, que no sería capaz de entender la ira implícita en el rechazo. Mientras se efectuaba un escáner cerebral a los participantes, se utilizó otra versión; quienes respondían rechazando propuestas poco generosas habían aumentado su actividad en el cuerpo estriado dorsal, en el que se experimenta la satisfacción, lo cual sugiere que nos satisface mantener a raya a los disidentes y que estamos dispuestos a rechazar otras recompensas (en este caso monetarias) para tener ese sentimiento.

El juego del ultimátum se ha usado en una gran variedad de culturas, con resultados similares. Los mercados, pues, apoyan e incentivan las transacciones generosas con personas desconocidas. Esto significa que, cuanto menos integradas están las transacciones de mercado en una sociedad, menos generosos entre sí serán sus miembros en interacciones anónimas.


El mercado familiariza a la gente con la utilidad que supone realizar transacciones con alguien a quien no conoce y con la idea, por implícita que sea, de que esas transacciones son una manera apropiada de interactuar con desconocidos. Y la mejor forma de alejar el miedo, la suspicacia y las elucubraciones hacia personas desconocidas, es interactuar con ellas para hacerlas conocidas.












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Tierno perrito intentando tomar la salchicha de la mesa…

No se a ustedes, pero a mi me parece bastante tierno el perrito intentando tomar la salchica sin éxito. Y se chistoso por su pelaje, pareciera un abrigo. Primero intenta tomar la salchicha, pero al no poder se le queda viendo a su dueño con una carita triste para que se compadezca y le acerque [...]



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Así queda la sutura de un trasplante de retina…

Supongo que debe ser algo molesto traer hilos en los ojos por la sutura de un trasplante de retina… pero debe ser bastante soportable al saber que te ha regresado la visión. Los avances médicos de hoy día son impresionantes y beneficiosos para muchas personas. Curiosa imagen no les parece?



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[Vídeo] Operación pionera a un feto por una obstrucción en la laringe

gonzalo


Médicos especialistas del Hospital Clínic de Barcelona y del de Sant Joan de Déu de Esplugues (Barcelona) han consequigo operar con éxito, por primera vez en el mundo, a un feto en el vientre materno de una obstrucción completa de laringe.


La obstrucción de la laringe es una malformación muy rara y muy peligrosa para la vida del feto, llegando a provocar la muerte en la mayoría de casos.



Fue en la 21 semana de gestación cuando se le detectó al feto que tenía los pulmones muy dilatados, de tal manera que estaban comprimiendo al corazón, produciendo fallo cardíaco.



Vía | EFE












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Diez cosas que probablemente no sabía la semana pasada

Repase algunas de las noticias más curiosas de la actualidad de esta semana que acaba con BBC Mundo.



Vía BBCMundo.com | Curiosidades

El metal del animal (o animales, o crecimiento) que quiso usarse como blindaje en la Segunda Guerra Mundial

tunicadoBajo el mar hay una fauna tan exótica que, a efectos prácticos, el fondo del mar es casi un planeta extraterrestre. Uno de los ejemplares más extraños es el de los tunicados, un tipo de animales que incluyen las ascidias, que generalmente habitan sobre el fondo del mar en coloridos grupos de organismos sacciformes.


De hecho, es tan raro que los científicos todavía no tienen claro cómo clasificarlo, si como animal, animales o crecimientos. Son como manchas de colores. Como adornos dalinianos. Dependen para algunas funciones biológicas del grupo como un todo, pero sin embargo logran expresar su individualidad en colores diferentes: azul, verde, púrpura, rosa, amarillo y blanco.


En 1911, el fisiólogo alemán Martin Henze descubrió que en la sangre de estas criaturas hay grandes cantidades de vanadio, un elemento que se encuentra cien veces más concentrado en ellos que en el agua de mar del que extraen su alimento. De hecho, según investigadores de la Universidad de Hiroshima, los tunicados podrían albergar la mayor capacidad de concentración de cualquier metal de todos los animales.



vanadioPero todavía no se sabe para qué necesitan este vanadio: se especula que tal vez desempeñe un papel en su sistema inmune.


La cuestión es que esta concentración tan alta de metal llamó la atención de funcionarios militares durante la Segunda Guerra Mundial, tal y como explica Hugh Aldersey Williams en La tabla periódica:


El vanadio produce un acero mucho más duro que los demás metales, y por lo tanto existía una gran demanda para usarlo en los cascos de los soldados y en las planchas de blindaje, así como en maquinaria. El Departamento de Guerra de los Estados Unidos contactó con Donald Abbott, de la Estación Marina Hopkins, pues quería saber si se podían recolectar tunicados, o incluso cultivarlos, para conseguir el exótico metal. Los hombres del gobierno halagaron al científico diciéndole que el vanadio era necesario no para los blindajes convencionales, sino para el proyecto de alto secreto de la bomba atómica.

El vanadio presente en los tunicados resultaba insuficiente para pensar en maneras de extraerlo y recolectarlo, sin embargo, durante la guerra se empleó el término en código “minería del vanadio” para referirse a la búsqueda de los minerales de uranio necesarios para la bomba atómica.


Los dos elementos se encuentran juntos en algunos minerales, hecho que queda plasmado en el nombre de Uravan, en el oeste de Colorado, uno de los lugares de extracción minera en los que este subterfugio era operativo. Puede ser que el Departamento de Guerra se planteara si también se podrían utilizar los tunicados para concentrar uranio.

El vanadio recibe su nombre de Vanadis, un nombre alternativo de la diosa Freya, que aparece en algunos de los eddas noruegos. Vanadis (la dis de los Vanir, es decir, la “dama de la gente hermosa”) es la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Cuando llora, sus lágrimas son de oro rojo si caen sobre terreno sólido, y de ámbas si caen en el mar.












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