domingo, 25 de febrero de 2018

Las alucinaciones forman parte de nuestra percepción: ya vivimos en Matrix

A menudo, en el cine se combaten los mundos virtuales como Matrix porque estos no son estrictamente reales. Nadie en el cine quiere vivir en un mundo recreado. Sin embargo, dado el funcionamiento de nuestros sentidos, en realidad ya estamos viviendo de facto en un mundo recreado, irreal y entreverado de malas percepciones, interpretaciones erróneas y alucinaciones visuales, olfativas y auditivas.

Sistema deficiente

En 1998, investigadores del King's College London escanearon los cerebros de personas con alucinaciones visuales. Descubrieron que las áreas del cerebro que estaban activas también están activas mientras ven una versión real de la imagen alucinada.

Los que percibían caras alucinadas, por ejemplo, activaron áreas de la circunvolución fusiforme, que se sabe que contienen células especializadas activas cuando miramos caras reales. Lo mismo era cierto con alucinaciones de color y palabras escritas. Fue la primera evidencia objetiva de que las alucinaciones son menos como la imaginación y más como la percepción real.

Ahora sabemos que las alucinaciones ocurren en personas con una salud mental perfecta. La probabilidad de experimentarlas aumenta a partir de los 60 años; y el 5 por ciento de nosotros experimentará una o más alucinaciones en nuestra vida.

Por si fuera poco, las alucinaciones son solo la punta del iceberg. La mente consciente tiene una capacidad de procesamiento 200.000 veces menor que el inconsciente. Solo vemos el 1% del espectro electromagnético y oímos el 1% del espectro acústico. Los rayos X, los rayos gamma, la luz infrarroja o la ultravioleta son completamente invisibles para nosotros. A decir verdad, nuestros ojos solo detectan el rojo, el verde y el azul, tal y como explica el físico teórico Michio Kaku en su libro El futuro de nuestra mente:

Eso significa que nunca hemos visto el amarillo, el marrón, el naranja ni muchos otros colores. Esos colores existen, pero nuestro cerebro solo puede hacerse una idea aproximada de cada uno de ellos combinando en distintas proporciones el rojo, el verde y el azul.

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Los límites de la salud y la enfermedad mental son más borrosos de lo que sospechamos

Muchas de las enfermedades conceptuadas como tal por la psiquiatría tal vez dejarán de serlo cuando aprendamos un poco mejor cómo funciona el cerebro, así cómo se establece la interacción entre cerebro y entorno. De hecho, según el contexto, lo que parece una tara o un hándicap, puede ser una ventaja.

Es en lo que abunda un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale y publicado en Trends in Cognitive Sciences.

Neurodiversidad

Las enfermedades psiquiátricas surgen a través de interacciones que vinculan la función cerebral, el comportamiento y las experiencias. Según Avram Holmes, autor principal de este trabajo, doctor en Psicología clínica e investigador de la Universidad de Yale, la variabilidad entre la población es deseable e incluso resulta un factor adaptativo:

Si te centras en un único fenotipo, no hay una línea específica que separe la salud de la enfermedad. Debemos considerar múltiples fenotipos simultáneamente. Puede que no sea posible identificar de forma aislada los componentes individuales del funcionamiento cerebral que separan las poblaciones sanas y las pacientes.

Por ejemplo, el trastorno del espectro autista (TEA) está catalogado como trastorno, pero en algunos diagnósticos puede permitir que un programador ser más competente en entornos como Silicon Valley. Olvidamos que tales rasgos son netamente patológicos porque vivimos en un entorno cultural en el que la introversión o la torpeza social son inexcusables, pero si ello permite mayor concentración y habilidades en tales desempeños, entonces el TEA puede ser un rasgo más del cerebro.

Lo mismo ocurre para la ansiedad. “Es posible estar más inhibido en entornos sociales y que le resulte más difícil construir amistades”, dice Holmes. “Sin embargo, esa misma ansiedad, en un lugar de trabajo, es lo que te motiva a prepararte para una gran presentación. O si estás en la escuela, a estudiar para un examen”.

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Libros que nos inspiran: 'Ámsterdam", de Rusell Shorto

Amsterdam Historia De La Ciudad Mas Liberal Del Mundo Katz De Russell Shorto A lo largo de la historia, las ciudades han funcionado como nodos de comunicaciones y han permitido la división del trabajo de forma más eficiente, tal y como defiende Edward Glaeser, uno de los más reconocidos expertos internacionales en economía urbana, en su libro El triunfo de las ciudades.

Las ciudades porturarias, como la Atenas clásica, la Venecia del Renacimiento o las revolucionarias Boston y Filadelfia, son buenos ejemplos de ello. Pero el paradigma mundial, el epicentro de la ciencia, la filosofía, las ideas libres y el mestizaje intelectual y cultural es indudablemente una ciudad de los Países Bajos: Ámsterdam.

Nodo de comunicación

La innovación cultural y científica no nace de un puñado de mentes brillantes aisladas entre sí, sino de la colaboración estrecha entre muchas mentes privilegiadas. A Ámsterdam, al contar con más rutas comerciales, las ideas llegaban de otros nodos. Además, la ciudad, en aras de fomentar el comercio, fue muy laxa en la libertad de sus visitantes, de modo que muchos pensadores, filósofos y científicos que veían constreñida su libertad acabaron por mudarse a esta ciudad.

Pero Ámsterdam es mucho más que la avanzadilla, el laboratorio de ideas, del mundo moderno. Es también una mezcla extraña y armónica entre reglamentaciones y caos, racionalidad y locura. Una ciudad extraña y fascinante que nació sobre endebles ciénagas y pantanos debido a un milagro religioso. Una ciudad que hizo arder inglesias y sacerdotes. Que descubrió una manera de conservar los arenques para amasar una fortuna.

Este libro de Russell Shorto, titulada como Ámsterdam: Historia de la ciudad más liberal del mundo, habla de todo ello y de mucho más, abarcando la construcción de los primeros canales en el siglo XIV hasta que la ciudad se convirtió en la urbe de mayor diversidad étnica del mundo.

A veces, la historia no la escriben las personas. La escriben las ciudades. Ámsterdam es el ejemplo perfecto.

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¿Un antiguo virus podría estar detrás del origen de la conciencia en el ser humano?

Virus Conciencia 0 Un virus antiguo podría haber dado lugar a una proteína (llamada Arc) a la que debemos la comunicación entre las células nerviosas, que finalmente derivó en nuestro despliegue de habilidades cognitivas complejas, como la propia conciencia.

Eso es lo que sugiere un equipo de científicos de la Universidad de Utah que ha publicado este estudio en la revista Cell.

Arc

Según Jason Shepherd, líder del trabajo, la posibilidad de que las proteínas parecidas a virus puedan ser la base de una forma novedosa de comunicación de célula a célula en el cerebro podría cambiar nuestra comprensión de cómo se hacen los recuerdos. Habida cuenta de que Arc parece una proteína viral, en el estudio se diseñó una serie de experimentos para probar si también obraba como un virus. La respuesta es que sí.

Según explica Elissa Pastuzyn, coautora del estudio:

Entramos en esta línea de investigación sabiendo que Arc era especial en muchos sentidos, pero cuando descubrimos que Arc podía mediar el transporte de ARN de célula a célula, nos quedamos sin palabras. Ninguna otra proteína no viral que conocemos actúa de esta manera.

Estos pequeños paquetes de información podrían ser elementos críticos de cómo los nervios se comunican y se reorganizan con el tiempo, tareas que se consideran necesarias para el pensamiento de orden superior. Aún no está claro qué hace esa información cuando llega a una nueva célula, pero los investigadores descubrieron que sin el proceso funcionando adecuadamente, las sinapsis desaparecen. Y los problemas con el gen Arc tienden a aparecer en personas con autismo y otras afecciones neuronales atípicas.

Aunque puede sonar sorprendente que fragmentos del código genético humano provengan de virus, otros estudios sugieren que entre el 40 y el 80 por ciento del genoma humano proviene de alguna invasión viral arcaica.

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¿Fiebre del heno? Quizá deberías haber comido pescado de niño

La fiebre del heno es uno de los problemas alérgicos más comunes. Afecta principalmente los ojos y la nariz. Los síntomas de la fiebre del heno incluyen; estornudos, nariz congestionada, o que gotea y, ojos enrojecidos y llorosos. En los Estados Unidos, hay 40 millones de personas con el mismo problema.

Comer pescado de niño parece protegerlo de la fiebre del heno.

Gracias a la grasa del pescado

Los niños pequeños que comen pescado al menos una vez al mes tienen menor probabilidad de desarrollar fiebre del heno porsteriormente, al menos es lo que refiere este estudio realizado en la Universidad de Gotemburgo.

La fiebre del heno, la reacción de picazón y estornudos al polen o al polvo, se está volviendo cada vez más común en los países industrializados. Algunos han culpado al hecho de que los niños están siendo expuestos a un rango más estrecho de microbios por alterar nuestro sistema inmunológico, pero la dieta también puede jugar un papel.

Para explorar esto, Emma Goksör en la Universidad de Gotemburgo en Suecia y su equipo preguntaron a más de 4000 padres acerca de la dieta de sus hijos y realizando pruebas de alergia. Lo que descubrió es que los niños que empezaron a consumir pescado antes de los nueve meses desarrollaron menos rinitis alérgicas a la edad promedio de 4,5 años que los niños que empezaron a consumir pescado más tarde.

Todavía se ignora la razón. Todas las pistas, sin embargo, apuntan a que la calidad de la grasa que incorporamos a nuestro organismo cuando empezamos a alimentarnos determina la respuesta inmune a la provocación de los alérgenos.

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