domingo, 6 de septiembre de 2020

Libros que nos inspiran: 'Los renglones torcidos de la ciencia' de Eugenio M. Fernández Aguilar

Libros que nos inspiran: 'Los renglones torcidos de la ciencia' de Eugenio M. Fernández Aguilar

Ya nos lo advierte el gran divulgador de ciencia, y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia, José Manuel López Nicolás en el prólogo de Los renglones torcidos de la ciencia: estamos ante una obra cuyo mensaje principal es que la ciencia, la ciencia en mayúsculas, prospera mayormente al calor de la multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad.

O como lo expresó el entomólogo Edward O Wilson, mediante la consiliencia, esto es, la hibridación de disciplinas, y también de enfoques y pensamientos, y sobre todo con la capacidad de saltar el muro invisible entre letras y ciencias para convertirnos en alfanumérico. Tal y como es el autor del libro objeto de esta reseña: el prolífico, multitasking y dicharachero Eugenio M. Fernández Aguilar.

Trabajo en equipo y ciencia básica

Un individuo no puede saberlo todo sobre todo. A lo máximo a lo que puede aspirar es a tener la mente abierta y no tropezar en la presunción de que su pequeño reducto de conocimiento es el más relevante.

Por esa razón, la ciencia no depende de los científicos, afortunadamente. Depende de la colaboración entre científicos que, cada vez que presentan una nueva idea, debe superar las exigencias del método científico y de la publicación en una revista revisada por pares, es decir, la suerte de auditor externo a la mente del ser humano falible que se esconde tras el científico.

Los renglones torcidos de la ciencia: De la antimateria a la medicina moderna

Los renglones torcidos de la ciencia: De la antimateria a la medicina moderna

La clave en la que incide Eugenio en su libro, la que considera que vertebra el progreso de la ciencia, es que los científicos deben trabajar en equipo, así como que la investigación en ciencia básica resulta fundamental como argamasa para construir lo que venga luego.

Para demostrarlo, teje diez historias con gran destreza alfanumérica y concluye con un tratamiento glorioso, casi a modo de corolario, de cómo se concibió la tomografía de emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) y en cómo fueron muchas ideas y desarrollos de disciplinas adyacentes los que permitieron su existencia, tal y como sucede con otros artefactos, como el smartphone.

Eugenio es un autor prolífico, lo cual no está reñido con la brillantez de cada una de sus obras, que es una perla única. De hecho, empiezo a tener la sensación de que, progresivamente, libro a libro, está adquiriendo una voz cada vez más personal, más interesante, y una cadencia el narrar así como una capacidad de asombrar al lector conectando todo con todo que estoy convencido que acabará por convertirle en uno de los principales referentes de la divulgación científica española. Si no lo es ya. ¿A qué esperáis para comprobarlo?

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Desde el punto de vista epistemológico, uno de los avances más importantes es la fusión de leyes, principios, teorías, etc. A medida que el ser humano ha ido descubriendo hechos y regularidades en la naturaleza, se han hecho esfuerzos de todo tipo para reunir teorías aparentemente inconexas. El mundo de hoy es radicalmente diferente al de hace un siglo y medio gracias al descubrimiento de que la electricidad y el magnetismo son dos caras de una misma realidad. Y esto fue posible gracias a las relaciones entre científicos de distintos países, a los viajes y el flujo de conocimientos, a pesar de que la historia también contemple odios, envidias y mezquindades.

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La noticia Libros que nos inspiran: 'Los renglones torcidos de la ciencia' de Eugenio M. Fernández Aguilar fue publicada originalmente en Xataka Ciencia por Sergio Parra .



Vía Xataka Ciencia

Podemos encontrar cadáveres escondidos fijándonos en las plantas

Podemos encontrar cadáveres escondidos fijándonos en las plantas

Los cadáveres cambian las concentraciones de nutrientes del suelo y cómo esos cambios se manifiestan en las plantas cercanas. El resultado más evidente sería una gran liberación de nitrógeno en el suelo.

Dependiendo de la rapidez con que las plantas respondan al influjo de nitrógeno, puede provocar cambios en el color y la reflectancia de las hojas, y botánicos forenses de la Universidad de Tennessee, en una nueva investigación, quieren determinar cómo estas pistas mínimas pueden ayudarnos a encontrar cadáveres escondidos para colaborar en las labores policiales.

Isla de cadáveres

En cualquier terreno o ambiente, la zona que rodea inmediatamente a los seres humanos, se denomina "isla de descomposición de cadáveres". Si bien el impacto de la descomposición humana en las plantas aún no se ha explorado a fondo, los investigadores describen los pasos prescriptivos para hacer que la recuperación del cuerpo utilizando la vegetación sea una realidad.

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La investigación sobre la relación entre las plantas y la descomposición humana se llevará a cabo en la "granja de cuerpos" de la Universidad de Tennessee. Según explica el autor principal Neal Stewart Jr., profesor de ciencias de las plantas en la Universidad de Tennessee:

En paisajes abiertos más pequeños, las patrullas a pie podrían ser efectivas para encontrar a alguien desaparecido, pero en partes más boscosas o traicioneras del mundo como el Amazonas, eso no será posible en absoluto. Esto nos llevó a considerar las plantas como indicadores de la descomposición humana, lo que podría conducir a una recuperación corporal más rápida y posiblemente más segura.

Es verdad que otros mamíferos grandes también pueden morir en los lugares donde las personas desaparecen, dificultando el rastreo de cadáveres humanos.

Por esa razón, es importante encontrar metabolitos específicos para la degradación de los seres humanos. Habida cuenta de que los seres humanos acostumbran a tener dietas no silvestres, puede haber metabolitos específicos, como los de los medicamentos o los conservantes de alimentos, que tienen influencias específicas en la apariencia de las plantas. Todo sea para que futuros capítulos de CSI todavía sean más emocionantes y científicamente interesantes.

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Vía Xataka Ciencia

Esta ropa se estira o encoge según las medidas de una persona, lo que permitiría fabricar ropa de talla única

Esta ropa se estira o encoge según las medidas de una persona, lo que permitiría fabricar ropa de talla única

Una de las escenas más recordadas de Back to the Future 2, además de los coches voladores surcando el cielo, es la de Marty ajustándose la chaqueta porque le viene grande oprimiendo un simple botón. En la película, la ropa se acorta y encoge, mientras suena una voz robótica que consigna la acción.

Estamos a punto de llegar a ese punto, aunque no de forma tan tosca, gracias a un material que se estira o encoge según las medidas de una persona.

Biomaterial

Desarrollado por investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de Harvard John A. Paulson, este biomaterial, elaborado con queratina, una proteína fibrosa que se encuentra en el cabello, las uñas y las conchas, puede hacer realidad la ropa de talla única gracias a que puede imprimirse en 3D en cualquier forma y preprogramarse con memoria de forma reversible.

Los investigadores extrajeron la queratina de los restos de lana Agora utilizada en la fabricación de textiles. Según explica Kit Parker, profesor de Bioingeniería y Física Aplicada de la Familia Tarr en SEAS y senior autor del estudio:

Con este proyecto, hemos demostrado que no solo podemos reciclar lana, sino que podemos construir cosas con lana reciclada que nunca antes se habían imaginado. Las implicaciones para la sostenibilidad de los recursos naturales son claras. Con la proteína de queratina reciclada, podemos hacer tanto, o más, de lo que se ha hecho hasta la fecha con la esquila de animales y, al hacerlo, reducir el impacto medioambiental del tejido e industria de la moda.

Para demostrar este proceso, los investigadores imprimieron en 3D láminas de queratina en una variedad de formas. Programaron la forma permanente del material, la forma a la que siempre volverá cuando se active, utilizando una solución de peróxido de hidrógeno y fosfato monosódico. Una vez que se estableció la memoria, la hoja se pudo reprogramar y moldear en nuevas formas. Por ejemplo, una hoja de queratina se dobló en una compleja estrella de origami como forma permanente. Una vez que se estableció la memoria, los investigadores sumergieron la estrella en agua, donde se desplegó y se volvió maleable. A partir de ahí, enrollaron la hoja en un tubo apretado. Una vez seca, la hoja se bloqueó como un tubo completamente estable y funcional. Para revertir el proceso, volvieron a poner el tubo en agua, donde se desenrolló y se volvió a doblar en una estrella de origami.

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Vía Xataka Ciencia

Las cremas de protección solar perjudican a unos diminutos crustáceos de agua dulce

Los ingredientes que habitualmente se usan como filtros solares en las cremas son nocivos para las pulgas de agua, unos crustáceos de cinco milímetros de longitud de los que depende el resto del ecosistema de agua dulce y protagonistas del #Cienciaalobestia . Hasta ahora no se habían realizado estudios sobre los efectos de estos compuestos cuando se liberan al nadar en animales de agua dulce.



Fuente: Noticias