La exposición a ciclos anormales de luz influye directamente en el humor y en las capacidades de aprendizaje de los roedores. Un nuevo estudio demuestra cómo disfrutar de menos horas de luz, como pasa durante el invierno boreal, ocasiona fenómenos depresivos y provoca que aumenten los niveles de corticosterona, una hormona segregada en momentos de ansiedad.
Fuente: Noticias
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