Es lamentable que la mayoría de los porteños se perdieron la ocasión de reflexionar sobre lo ocurrido, de entender “la señal” que el humo encerraba; la lluvia posterior y las inundaciones que llegaron inoportunamente cambiaron el eje de la discusión. Hubiera sido interesante que pensaran en los tantísimos contenedores que viajan al Interior del País y dejan su humos y huella tóxica en las poblaciones, como ejemplo: en la última campaña de soja se fumigaron unos 300 millones de litros de glifosato.
Vía Noticias de Ecoportal
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