miércoles, 19 de diciembre de 2012

El pipí sin control de un bebé boca arriba provoca un “efecto Pollock” en el gotelé


A los padres del niño se les ha llenado la habitación de críticos de arte.




Hace dos días, Guillermo Tato publicó en Facebook unas fotos del “estropicio” que su hijo había hecho en el techo de la habitación al mancharla de orina “con un chorro sin fin de pipí”. A las pocas horas, había acumulado más de un millón de “Me gusta” y varias instituciones artísticas se pusieron en contacto con él, interesadas en añadir “el fresco” a sus colecciones. Desde entonces, la presencia de críticos de arte y turistas es una constante en su piso. “No seré yo quien ponga cortapisas al arte, pero es un poco incómodo tener en casa a tanta gente con foulards”, se lamenta Ana, su mujer, preocupada aún por la mancha del techo.


El padre, sin embargo, está entusiasmado con el talento de su pequeño: “Mi hijo Mario a veces deja en los pañales unos Tàpies y unos degradados a lo Rothko que no tienen nada que envidiar a lo que ha hecho en el techo; lo que pasa es que, claro, las obras de gran formato resultan más atractivas a la crítica”.






Vía El Mundo Today

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