Resulta cada vez más evidente que los esfuerzos de los gobiernos, ONGs, instituciones y empresas para que REDD sea la principal estrategia de reducción de la deforestación no está dando buenos resultados en los países con bosques tropicales. La tala continúa a todo vapor impulsada por diferentes "proyectos de desarrollo” como la minería, las plantaciones industriales de palma aceitera, de soja y de otros cultivos, las hidroeléctricas y las infraestructuras para
facilitar el desplazamiento de materias primas. Hasta el llamado “manejo forestal sustentable” termina provocando más destrucción.
Vía Noticias de Ecoportal
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