
Así se conoce al artefacto de madera y metal con vaga forma de figura humana femenina que se usaba para torturar y ejecutar. Medía más de dos metros de altura, por lo que podía contener a un hombre grande. El peligro de la Doncella, que semejaba un ataúd vertical con dos puertas que se abrían para alojar a los desdichados prisioneros, eran los afilados hierros ocultos en su interior.


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Muy Interesante
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