Apenas unas horas después de anunciar el nacimiento del primogénito de los duques de Cambridge y futuro heredero de la corona británica, fuentes del Palacio de Buckingham han informado que ya se han iniciado los preparativos de la boda de la criatura, en la que quedará enlazada con otro bebé de la nobleza británica. El enlace afianzará aún más el poder de los miembros de la Casa Windsor como legítimos portadores de la corona.
La boda del hijo de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, aún sin nombre, se celebrará el próximo 14 de agosto. La afortunada que se casará con el “royal baby” es también un importante miembro de la nobleza británica. Concretamente, se trata de la duquesa de Northumberland, una niña que nació la semana pasada y a la que han estado preparando durante toda su vida para el enlace.
Los británicos, que empalmarán las celebraciones del nacimiento del bebé con las de su boda, confían en que el enlace traiga prosperidad a su pueblo. Sin embargo, antes de que la boda tenga lugar, el bebé será abandonado durante unos días en el bosque, como manda la tradición de la corona británica.
Según la tradición, el bebé deberá sobrevivir unos días a solas en el bosque
“El bebé deberá sobrevivir esos días en el bosque a solas: cuantos más lobos mate durante ese tiempo, más próspero será su reinado. Tantas cabezas de lobo traiga bajo el brazo, tantos herederos dará al noble pueblo británico”, ha comunicado un portavoz de la corona a los cientos de periodistas que se han acercado al palacio de Buckingham. En ese mismo momento, en una ceremonia privada, el príncipe Guillermo abandonaba a su primer hijo en el claro de un bosque de Yorkshire.
Si el “bebé real” regresa de su estancia en el bosque sin haber derribado a ninguna fiera, su propio padre tendrá que cortarle la cabeza y arrojarla a los cerdos “y el pueblo británico deberá renegar de ese bebé como si nunca hubiera venido al mundo”.
Vía El Mundo Today
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