Un estudio realizado por el Instituto Max Planck de Colonia (Alemania) ha revelado que la forma en la que envejecemos está condicionada por el ADN heredado de nuestra madre y no sólo por nuestros hábitos o modo de vida. Este hallazgo demuestra que las disfunciones desarrolladas en nuestro genoma con el paso del tiempo no son determinantes de nuestra longevidad, y sienta las bases para el desarrollo de paliativos para las mutaciones transmitidas por herencia materna.
Vía Muy Interesante
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