En la Estación Espacial Internacional se analizan a diario la sangre, el orín y la saliva de los astronautas. Ellos mismos se toman las muestras, pese a que siempre hay al menos dos oficiales médicos con formación básica. La tripulación sabe manipular pacientes, ponerles inyecciones, suministrarles oxígeno o usar un desfibrilador.
Vía Muy Interesante
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