Vivir en un ambiente pobre de pequeños modifica el cerebro y puede conducir a tener problemas para regular las emociones en época adulta acaba de comprobar un estudio estadounidense. Según los autores la clave reside en el desarrollo de la amígdala, un área del cerebro conocida por su papel en el control del miedo y otras emociones negativas.
Vía Muy Interesante
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