lunes, 27 de enero de 2014

Intercambio de tiempo y cadenas de favores

Julia, una persona octogenaria, vive sola y necesitaba reparar un grifo que perdía agua. Su arreglo le salió gratis, ya que lo pagó con las horas que había conseguido enseñando a hacer punto a una estudiante. A pesar de su edad, está bien de salud y es una usuaria frecuente de uno de los más de 300 bancos del tiempo que hay en España. Ella hace compañía a otros mayores, enseña a cocinar a los jóvenes y, a cambio, le prestan ayuda con asuntos fiscales, practica gimnasia y arreglan los pequeños desperfectos que van surgiendo en su casa. Es sólo un ejemplo de cómo en medio de una crisis tan atroz como la que sufrimos cada vez más personas sustituyen el intercambio de dinero por tiempo.






Vía Noticias de Ecoportal

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